AVANCE DE LA REVISTA SOL ROJO Nº 42
POR UN AVANCE AUDAZ DE LOS COMUNISTAS EN TODO EL MUNDO:
ARMAR A LAS MASAS PARA APLASTAR AL REVISIONISMO Y CONQUISTAR EL PODER

En la lucha actual por imponer el maoísmo y aplastar el revisionismo en las filas del movimiento comunista internacional, el Partido Comunista del Perú viene insistiendo en que lo fundamental del maoísmo es el Poder. Es decir, como está definido en nuestra Base de Unidad Partidaria: "El Poder para el proletariado, el Poder para la dictadura del proletariado, el Poder basado en una fuerza armada dirigida por el Partido Comunista. Más explícitamente: 1) El Poder bajo dirección del proletariado, en la revolución democrática; 2) el Poder para la dictadura del proletariado, en las revoluciones socialista y culturales; 3) el Poder basado en una fuerza armada dirigida por el Partido Comunista, conquistado y defendido mediante la guerra popular”.  Y como se expresa en nuestra consigna "Guerra popular hasta el Comunismo", estos principios son validos durante todo el proceso de la revolución proletaria, desde sus primeros pasos hasta el barrimiento final del imperialismo y toda explotación y el triunfo del comunismo en todo el mundo.

Por otro lado, el revisionismo, desde Bernstein y Kautsky, pasando por Jruschov, Teng hasta Avakian y Prachanda, siempre ha tenido como objetivo central revisar precisamente la posición marxista en cuanto al Poder y sustituir la lucha armada para conquistar el Poder y la dictadura del proletariado con diferentes formas de reformismo, "vías pacíficas", democracia y liberalismo burgueses. De verdad, la lucha entre las dos posiciones no es una lucha entre diferentes "tácticas" o métodos para llegar al socialismo y el comunismo, sino una lucha entre la revolución proletaria mundial por un lado y la capitulación frente al imperialismo y la reacción por el otro lado. Así como el marxismo se imponía en la lucha contra el socialismo burgués y pequeño burgués en los tiempos de Marx y Engels, y el marxismo-leninismo se imponía en la lucha contra el revisionismo de Kautsky, Trotsky y otros, hoy día es el marxismo-leninismo-maoísmo que asume el enarbolar, defender y aplicar la línea proletaria en cuanto al Poder.

Así vemos como tantos movimientos y luchas armadas justas, revolucionarias y antiimperialistas se encuentran desviados y desarmados por los dirigentes revisionistas y oportunistas que venden la sangre derramada y los intereses del proletariado y de los pueblos por un plato de lentejas - hasta que tales movimientos llegan a convertirse en instrumentos del imperialismo – al abandonar el objetivo de destruir el viejo Estado y construir el nuevo. Eso es lo que ocurrió no solamente con los "viejos" partidos revisionistas, sino también con los llamados partidos "marxistas-leninistas" que se prestaron a negar y atacar el maoísmo. Y, de acuerdo con el principio de que "uno se divide en dos", el revisionismo inevitablemente va expresándose incluso en los Partidos maoístas y bajo el mismo membrete del maoísmo: en el cuestionamiento de la dictadura del proletariado, en la política de "acuerdos de paz" y revisionismo armado, en sustituir la revolución de nueva democracia por una lucha por la democracia burguesa, en sustituir la lucha de clases por la conciliación y el pacifismo burgués, etc.

Esta lucha entre marxismo y revisionismo, entre revolución y capitulación, se expresa en cada Partido comunista y cada organización revolucionaria. El aplastamiento de las posiciones revisionistas es una necesidad indispensable y decisiva para poder triunfar en las revoluciones democráticas, socialistas y culturales, y lo que corresponde a cada comunista en el mundo es unirse con la izquierda de cada Partido comunista u organización revolucionaria, y rechazar y combatir implacablemente a la derecha, al revisionismo en cada uno de dichos Partidos u organizaciones. Este es nuestro punto de partida cuando vemos la situación actual de cada revolución. Ver por ejemplo la situación actual en Nepal, donde la guerra popular, heroicamente llevada a cabo por las masas obreras y campesinas del país, fue traicionada - y las fuerzas revolucionarias desarmadas - por un puñado de dirigentes revisionistas, ahora sentados en el parlamento como representantes del viejo Estado reaccionario. Lo que corresponde a los comunistas en tal situación es reconstituir el Partido y reiniciar la guerra popular. Es decir, centrar en la guerra popular como forma principal de lucha para así destruir el viejo Estado y construir el nuevo Poder hasta la conquista del Poder en todo el país. Muy diferente de lo que se ve en los pronunciamientos del Partido Comunista de Nepal-maoísta, formado en 2012 por Kiran, que "vamos a hacer la guerra sí el gobierno ignora nuestras demandas". ¿Es decir, que solo se va a destruir el viejo Estado reaccionario "sí es necesario"? ¿Sí el gobierno reaccionario 'acepta' las demandas reformistas, no es necesario armar al pueblo y construir el nuevo Poder? El fundamento de tales posiciones es la idea de que la dictadura burguesa, en ciertas condiciones, a través del parlamento burgués, podría convertirse en dictadura conjunta o proletaria sin una victoriosa guerra popular en la cual las fuerzas revolucionarias aniquilan a las fuerzas reaccionarias y se construye y defiende el nuevo Poder con las armas en las manos del pueblo. Tales posiciones no corresponden a los comunistas; no se trata de "táctica" o aplicación, sino de revisar los principios fundamentales del marxismo. Lo que corresponde a los comunistas de Nepal no es "representar" al pueblo en los aparatos de la reacción, sino armar al pueblo con ideología y con fusiles, organizar a las masas para que ejerzan su Poder. En Nepal, confrontando un ejército contrarrevolucionario grande, los comunistas van a tener que reconstituir el Partido en medio de acciones armadas, armar a las milicias populares ideológicamente y con armas; si no se cavan su tumba. No hay que caer en el militarismo, que centra tan solo en construir un ejército y "presionar" al viejo Estado en vez de armar a las masas y construir el nuevo Poder.

En Nepal como en todos los países, mientras la izquierda, los comunistas, mantienen el rumbo de la revolución y aplican los principios de nuestra ideología universal, aplastando el cretinismo parlamentario y todo revisionismo, la revolución cobra relevancia y puede avanzar. Es por ello que la reacción y el revisionismo, para poder usurpar el Partido y plasmar la capitulación, tienen la necesidad de encarcelar y asesinar a los dirigentes que mantienen el rumbo - como hicieron en China después de la muerte del Presidente Mao.

Así también en el campo del pueblo, tenemos la necesidad de aislar, combatir y aniquilar a los delatores y traidores, a los dirigentes revisionistas que entregan a los comunistas a la reacción y difunden la capitulación y el revisionismo en las filas del pueblo. En Perú, cuando la reacción soltó a las ratas de la LOD revisionista y capitulacionista de las cárceles para volver a los comités del Partido y usurparlos, el Partido tuvo que aniquilar a estas cabezas revisionistas, agentes del imperialismo y la reacción. Es una necesidad de la justicia revolucionaria y para preservar y defender al Partido, la revolución y las masas revolucionarias. Así las ratas, por más que tomaron los penales y temporalmente algunos comités regionales, terminaron largándose y hoy solo están en las cárceles reeditando nuevas patrañas contrarrevolucionarias. Lo que quieren tales traidores, en Perú como en otros países, son curules para su campaña de "acuerdos de paz" - que ni a los capituladores en Nepal ni de las FARC les dan. No es un problema de "intercambio de prisioneros" y "libertad", sino de abjurar de la violencia para sofrenar cualquier revolución en el mundo y asegurar el reparto del mundo de los imperialistas. Para nosotros no hay más; las acciones y el trabajo de masas - y además el hecho de que los revisionistas, la CGTP, la CTP aprista han abandonado la lucha por el Poder del proletariado - eso es lo que nos ha permitido mantener el rumbo en las condiciones complejas de la inflexión.

Estos son los puntos decisivos hoy en cada lucha popular contra el imperialismo, la reacción y el revisionismo en el mundo, en las guerras populares bajo la bandera del maoísmo así como en las luchas de liberación nacional en Palestina, en Kurdistán, en Ucrania y otros lugares: armar al pueblo ideológicamente y militarmente contra los explotadores y sus viejos Estados, contra toda potencia o superpotencia imperialista; un amplio trabajo de masas movilizando a las milicias para iniciar o desarrollar la guerra popular y llevarla hasta la conquista del Poder.

En este periodo es cuando se van aclarando las ideas y las situaciones para algunos. Los dirigentes en la lucha justa del pueblo kurdo por ejemplo, van decantando después de los genocidios contra su pueblo; tienen que sentar su posición de no ser ficha de ninguna potencia o superpotencia imperialista, tienen que definir sí van a tomar el camino revolucionario o regirse del bastón de mando del traidor Öcalan, que desde la cárcel, en manos de la reacción, en su afán por ser el Mandela de Kurdistán, va difundiendo la capitulación, la conciliación con los explotadores genocidas y el abandonamiento del marxismo.

En todos los Partidos Comunistas y organizaciones revolucionarias la izquierda va avanzando en su comprensión y definiendo sus enemigos, considerando lo que el Partido Comunista del Perú planteó: "un avance audaz" de los comunistas mientras el imperialismo se moviliza para su nuevo reparto del mundo. Lo que temen los imperialistas es que la nueva guerra mundial de reparto - entre los grupos que se van delineando: China-Rusia; Estados Unidos, Alemania (con otras potencias europeas) - llevará a que surja una revolución en Asia. Están conscientes del peso de las masas de esta parte del mundo, con países como India, China y otros. Ya saben que implicaría una revolución triunfante como en China, una revolución democrática, socialista y cultural que se desarrollaría movilizando a otros continentes, porque el maoísmo estaría reafirmándose, pasando sobre los revisionistas de todo tipo - los  "trotskistas",  los llamados "leninistas" o "stalinistas" y otros - ya no habría pretexto para no asumir el marxismo-leninismo-maoísmo como mando y guía de la revolución mundial. Sería la continuación de la Gran Revolución Cultural Proletaria, y por ello países como Nepal, Turquía y la nación de Kurdistán también jugarán un rol fundamental.

De ahí la importancia de la guerra popular en la India y otros países asiáticos para la revolución proletaria mundial, de ahí la necesidad del imperialismo y la reacción de fomentar el revisionismo, el cretinismo parlamentario, la conciliación, los “acuerdos de paz” y la capitulación en estos países en particular y en todo el mundo en general, y de ahí la urgente necesidad de los comunistas del mundo de implacablemente combatir y aplastar el revisionismo cuando y donde se presente.


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