AVANCE DE LA REVISTA SOL ROJO Nº 45:

Situación internacional:

PAÍS VASCO

En el contexto de una profunda crisis política, social, económica y moral del Estado imperialista español se hace necesario abordar el “proceso de paz” en el País Vasco, por varios e importantes motivos. Como ejemplo de que la lucha armada no basta, porque plantea la cuestión de la dirección de la revolución, y en estos momentos en el que gran parte del pueblo catalán se moviliza tras su burguesía es un ejemplo para las masas de Cataluña de cuál será el final del “procés” si lo dirige la burguesía y el revisionismo, que no es otro que la traición y la capitulación. Por último, Otegi y Bildu-Sortu son un ejemplo más del papel rastrero de los revisionistas en los “procesos de paz” impulsados por el imperialismo en todo el mundo, puesto en evidencia con el autonombramiento de los capituladores y traidores al pueblo vasco como representantes “oficiales” de la izquierda abertzale, y la persecución por todos los medios de los activistas y militantes contrarios al “proceso de paz”: chantajes a los familiares de los presos de ETA, presiones a los propios presos con la amenaza de la retirada de las ayudas: abogados, visitas de familiares, etc., agresiones físicas a los activistas contrarios a la rendición de ETA y de la izquierda abertzale, señalamiento ante el Estado español como terroristas a quienes se oponen al “proceso de paz”, como ejemplo aprovechando el acrónimo de ATA, se habla del “entorno de ATA”, como el juez Garzón habló del “entorno de ETA”. Sangrante es la posición tomada respecto a los presos, que no es otra que la salida individual para cada preso, colaborando primero con el Estado (la ley es clara: delación) mientras se abandona y aísla a los presos que no capitulan.


El “proceso de paz”

El “proceso de paz” ha seguido el mismo patrón que otros que se han dado y se están dando (Perú con la Lod, Nepal, Filipinas, etc.), con el supuesto objetivo de “superar las consecuencias del conflicto” y abjurar del uso del uso de la violencia. Los actos de “reconciliación nacional” que se han dado en todo el Estado español, que han incluido pedir perdón a la familia de Carrero Blanco (acto realizado en Madrid en el barrio de Entrevías), son pruebas claras de los objetivos del “proceso de paz”: intentar remachar en las masas que la violencia revolucionaria no es necesaria, nunca será necesaria y nunca lo fue. El camino es la conquista de una democracia burguesa y “ganar” elecciones. Otegi aspira a que en un hipotético escenario “democrático” la izquierda independentista vasca llegue a ser una alternativa electoral mayoritaria dentro del viejo Estado: “hay en este país condiciones sociales y políticas para que, en un escenario democrático, la unidad popular se convierta en una alternativa de poder en Euskal Herria” (Otegi. HIKA, octubre de 1999).

Sobre el patrón seguido por el proceso no hay misterios. En 2011, en el comunicado de tregua unilateral de ETA se afirma que ha surgido un nuevo escenario tras el pacto de “Lizarra”, del que formaba parte el PNV (partido del que ya Pepe Rey documentó su estrecha relación con el Mossad israelí), y que:

“Asimismo surgió una nueva realidad. El potencial que mostró la experiencia de Lizarra-Garazi encendió todas las alarmas en el Estado, que decidió dar un salto cualitativo en su estrategia: dejar a la izquierda abertzale, a través de la ilegalización, fuera del escenario político. Sin base social, sin referente institucional, con las opciones de profundizar en la construcción nacional anuladas, el objetivo del Estado consistía en reducir la iniciativa de la izquierda abertzale a sólo la lucha armada, con la esperanza de que la represión policial la neutralizara.
Todo ello provocó un parón en el proceso de liberación: el bloqueo. Y lo que era aún más perjudicial, colocó en grave peligro las condiciones creadas. La izquierda abertzale debía tomar la iniciativa, para escapar de esta trampa y poner las bases de un nuevo ciclo político cuyo objetivo debía ser materializar el cambio (…) Había que cerrar un ciclo para abrir del todo el nuevo. Y eso incidía de lleno en la lucha armada” (…)
“Tal como señalamos en el comunicado de finales de septiembre, llevamos mucho tiempo trabajando por impulsar el proceso de solución y, para ello, resultaba muy importante incrementar la participación de la comunidad internacional. Por eso, no sólo hemos tenido relación, sino que hemos tomado compromisos con ella”.

(Entrevista a ETA. Gara. 11 de Noviembre de 2011. pág. 11)

“Cambio de condiciones”, como siempre, “comunidad internacional”, es decir “compromiso” (capitulación) ante el imperialismo y recurrir al argumento de la “táctica” como disfraz a la conciliación con la reacción. El papel de Otegi es el mismo que los Mandela, Gerry Adams, Ocalan, y otros promotores de “procesos de paz”, que han estado durante años en manos del viejo Estado. Sobre la “comunidad internacional”, hay que señalar que sólo es un eufemismo para referirse a los países imperialistas, y es cierto, el “proceso de paz” no sólo ha contado con la participación de países imperialistas a través de sus ONG´s y sus agentes, sino que ha contado con la participación del Estado Español. Es difícil pensar que Otegi y el grupo de poli-milis que copan en la actualidad la dirección “oficial” del Movimiento de Liberación Nacional Vasco (MLNV) hubiera podido llegar a tomar la dirección de la izquierda abertzale sin la detención la dirección de HB en 1997. La detención es lo que permite la llegada de este grupillo de poli-milis a tomar la dirección de Herri Batasuna y hoy de Bildu- Sortu.

Las entradas y salidas de Otegi de las cárceles españolas han sido parte del papel del Estado Español para impulsar el “proceso”, creando la imagen de un mártir, a la vez que Otegi hacía su trabajo dentro del colectivo de presos “preparando” el apoyo de éste a la nueva “táctica”, la capitulación ante el Estado Español. El atentado de ETA en el aeropuerto de Barajas en diciembre de 2007 es aprovechado por este grupillo para lanzar una nueva ofensiva a favor del abandono de la lucha armada. En 2009, ETA comienza de forma abierta el proceso de rendición que culmina con la entrega de armas el 8 de abril de 2017. A principios de 2009 es detenido Otegi, pero ya está todo atado. En 2010 se aprueba a resolución “Zutic Euskal Herria” que recoge las posiciones del grupo poli-mili. Ahora bien, explicar la rendición de ETA sólo por el factor “traición” es no querer aprender. El problema es ideológico y político, en concreto de la falta de una dirección proletaria del MLNV, la falta de Partido Comunista. La traición es sólo uno de los dos posibles finales, la derrota o la capitulación, bajo una dirección revisionista.


El nacimiento de KAS

Tras la muerte del dictador fascista, se reúne el Esuskadiko Herrikoi Batzarra (Asamblea Popular de Euskadi), organismo compuesto por ETA, EHAS, Partido Carlista de Euskadi, Movimiento Comunista y la Organización Revolucionaria de Trabajadores, presentando al pueblo vasco los siguientes puntos mínimos para que pudiera hablarse de un cambio democrático: libertades democráticas, amnistía total para presos y exiliados, mejora de las condiciones de vida y trabajo para los trabajadores y trabajadoras vascos y vascas, reconocimiento del País Vasco como nacionalidad con derecho a la escisión del Estado español, implantación inmediata de un estatuto provisional de autonomía con un grado superior al Estatuto de 1936 y la formación de un gobierno provisional vasco.

Con la coronación de Juan Carlos I, y esto es importante, ETA detiene sus acciones que justifica del siguiente modo: “Nuestros presupuestos sólo podrían verse modificados de modo serio si se produjeran cambios fundamentales en el estado español. No es éste el caso. No obstante somos conscientes de que se está abriendo nuevas perspectivas que nos obligan a perfilar cuidadosamente nuestra línea táctica actual. Trataremos de analizar y denunciar los límites de la maniobra gubernamental y de sentar claramente ante el pueblo vasco que, en el fondo, las cosas no han cambiado, que será la lucha la única forma de libertad para Esuskadi”. La tregua de ETA finaliza con el secuestro de José Luis Arrasate, pero ya muestra que la lucha armada es considerada como un elemento táctico y válido mientras no se de una democracia “real” (burguesa) en el País Vasco.

En agosto de 1975 nace KAS (Coordinadora Abertzale Socialista) con el fin de crear un órgano de coordinación de las fuerzas independentistas revolucionarias y en agosto de 1976 se presenta la Alternativa Kas, cuyos puntos se considera que no son ni rebajables ni negociables, son lo mínimo que se puede exigir al Estado español:

1. Establecimiento de libertades democráticas.
2. Amnistía.
3. Adopción de medidas destinadas a mejorar las condiciones de vida de las masas populares y en particular de la clase obrera.
4. Disolución de los cuerpos represivos.
5. Reconocimiento de la Soberanía Nacional de Euskadi, lo que conlleva el derecho del pueblo vasco a disponer con entera libertad de su destino nacional y la creación de un Estado propio.
6. Establecimiento inmediato y a título provisional de un Estatuto de Autonomía que surta efecto en Araba, Gipuzkoa, Nafarroa y Bizkaia.
7. Constitución, en el marco de tal Estatuto, de un Gobierno Provisional de Euskadi.

Tras las elecciones legislativas de 1977, los polimilis salen de Kas, ya que consideran que dentro del Estado español ya se dan las condiciones de una democracia burguesa, creando Euskadiko Ezkerra , para más tarde acabar en el Partido Socialista de Euskadi (PSOE). Dentro de Kas, ETA, HASI y LAIA por el contrario consideran que la única garantía para el pueblo vasco de una democracia burguesa es la alternativa KAS, y que la lucha armada es fundamental. En 1978 las organizaciones que componen KAS son ETA, HASI, LAB, ASK y LAIA, en 1979 se incorpora Jarrai.

Para ETA la Alternativa KAS es condición necesaria para lograr la independencia y el socialismo de forma “menos violenta”, en mejores condiciones para el pueblo vasco, pasando primero por una etapa de democracia burguesa “real”. En 1978 ETA vuelve a reafirmarse en la lucha armada y en la Alternativa Kas como garantía de una democracia “real” que permita la lucha por el objetivo estratégico: la independencia y el socialismo (“la eliminación de la explotación capitalista del hombre por el hombre”), y también va a plantear sus “peros”: “Sin embargo reconocemos que, ni el grado de concienciación existente en los trabajadores, ni la correlación de fuerzas alcanzadas por los sectores abertzales de izquierda aconseja plantearnos en la coyuntura la inmediata lucha por la consecución del objetivo estratégico”. De ahí el impulso que se da desde KAS a la participación en las elecciones del viejo Estado, manteniendo todavía la lucha armada como un instrumento de lucha fundamental: “interrelacionada con la lucha de masas y la lucha institucional al servicio esta última de las anteriores, constituye la clave del avance y del triunfo revolucionario, que la lucha de masas requiere asimismo una alianza histórica de Unidad Popular cuya concreción actual es HERRI BATASUNA” (KAS bloque dirigente de la Revolución Vasca, 1979). Así nace la coalición electoral Herri Batasuna (ANV, ESB, HASI, LAIA) que gracias al prestigio de la lucha armada de ETA, recibirá en las elecciones generales un amplio apoyo popular; en 1979 unos 172.000 votos (el PNV tendrá unos 275.000 votos) y antes de su ilegalización superará los 217.000 votos en 1989, muy cerca de los 254.681 votos del PNV.

En síntesis, ETA con la Alternativa Kas va a defender en el País Vasco, lo que la izquierda revolucionaria también va a plantear en el resto del Estado español: la “ruptura democrática”. “Ruptura democrática” que expresaba la desconfianza de la izquierda revolucionaria en las masas, en la voluntad y capacidad revolucionaria de éstas. Básicamente la “ruptura” consiste en la reforma del Estado burgués (República, amnistía, disolución de la guardia civil, depuración de los aparatos de Estado de fascistas, juicio a los criminales franquistas, transparencia de las instituciones, etc.) para hipotéticamente poder acumular fuerzas bajo una correlación de fuerzas supuestamente favorable a las fuerzas revolucionarias. La premisa de la necesidad de esta “etapa intermedia” de democracia burguesa, será que en ese momento “no hay condiciones” revolucionarias o como afirma ETA “las masas no quieren la revolución”, repetimos: “ni el grado de concienciación existente en los trabajadores, ni la correlación de fuerzas alcanzadas por los sectores abertzales de izquierda aconseja plantearnos en la coyuntura la inmediata lucha por la consecución del objetivo estratégico”.

Una vez que la izquierda revolucionaria no impone la “ruptura democrática”, en el país vasco la Alternativa Kas, el MLNV con ETA a su cabeza emprende el camino de lo institucional, los pactos con la burguesía vasca (Lizarra, con la participación de Otegi) y las negociaciones de ETA con el Estado español. La lucha armada un fenómeno defensivo, sólo necesario si no se dan las condiciones “democráticas” para el pueblo vasco: “Nuestra actual reivindicación táctica viene concretada en el logro de una Democracia política que permita la libre elección de unos vínculos y unas instituciones verdaderamente populares que garanticen un proceso autónomo vasco, al margen de ingerencias externas a su voluntad” (Zutik, nº69, 1978).

País Vasco: tras la muerte de Franco

El País Vasco tras la muerte de Franco es un hervidero revolucionario. Junto a la lucha armada como expresión más alta de la lucha popular, (con un gran prestigio de ETA entre el pueblo vasco), se da un enorme movimiento de masas conscientes de que sólo con la lucha revolucionaria se puede transformar la realidad. Las manifestaciones ilegales recorren el País Vasco. En los Sanfermines los mozos cantan: “Askatasuna, presoak etxera” (libertad, presos a casa). Las masas van dotándose de organismos de lucha al margen del Estado y de sus aparatos. En Guipúzcoa y Navarra (1978) en la negociación de los convenios provinciales del metal participan, a partes iguales, los sindicatos y los representantes de las asambleas de obreros. Las patronales de Guipúzcoa denuncian al final de la negociación que éste ha sido un convenio “asambleario”, con subidas salariales por encima de los Pactos de la Moncloa. En Rentería una grúa mata a una niña, la asamblea popular acuerda la paralización de las obras y obliga al ayuntamiento a celebrar una sesión extraordinaria para tratar el caso. En Lemona se fuerza la dimisión del alcalde. En Lejona se celebran en diciembre de 1977 unas jornadas feministas con la participación de más de 3000 mujeres. Las protestas contra la central nuclear de Lemoiz concentran a miles de personas. La lucha por la amnistía en muchos lugares genera diversas formas de organización popular, las Gestoras Pro-amnistía nacen en 1977 y una gran parte surge de asambleas populares. La valoración de ETA de “no hay condiciones” en esta realidad, es al menos peculiar.

El proceso de inicio de la institucionalización y burocratización del movimiento de masas y de sus organismos asamblearios está más que documentado, pues ya en su momento se presentó como algo revolucionario y merecedor de dejar testimonio. El caso del ayuntamiento de Llodio es un ejemplo de lo que se llamó Gestión Municipal Popular y del camino hacia la integración del movimiento popular dentro del viejo Estado.

La institucionalización del movimiento popular: un ejemplo

El 4 de enero de 1977, tres concejales presentan una moción en el ayuntamiento de Llodio, que es apoyada por seis concejales más y aprobada el día 21 de enero. Aprobada la moción se convocaron en asamblea a las diferentes asambleas (de barrio, de asociaciones, obrera) ofreciendo la posibilidad de una “nueva” forma de gestión municipal. A finales de mayo las asambleas elaboraron un listado de necesidades para los barrios, sus prioridades, un programa de actuación y un presupuesto que rondaba los 1500 millones de pesetas. Con un presupuesto ordinario de 120 millones el ayuntamiento negocia con la diputación para conseguir el dinero necesario. Apoyado por las asambleas, el ayuntamiento el 28 de julio llega a un acuerdo con la diputación: ésta aportaba 600 millones de pesetas a fondo perdido y establecía una serie de mecanismos para financiar el resto de los 1200 millones. Tras una ofensiva del parlamento vasco (PNV), que exige la dimisión de todas las corporaciones municipales y su sustitución por gestoras compuestas por partidos políticos, en LLodio se crea una Comisión Mixta, donde estaban representantes de las asambleas y concejales, los acuerdos se toman antes del pleno municipal y los concejales refrendan lo acordado por la Comisión Mixta.

Sobre la experiencia de Llodio se pronunció HASI (Erriko Alderdi Sozialista Iraultzailea), asumiendo “totalmente y sin reservas el actual tipo de gestión municipal” y, esto es importante, advierte que: “Somos conscientes de la importancia que tienen las próximas elecciones para un proceso de asentamiento de esta alternativa. Ello dependerá de las personas que salgan elegidas la propicien”. Advertencia de calado como iremos viendo.

El camino andado desde entonces ha sido la búsqueda de resquicios dentro del viejo Estado, aplicando algo ya viejo: la reforma como vía al “socialismo”. En vez reventar el viejo Poder al mismo tiempo que se construye nuevo Poder, el MLNV se ha dedicado a encuadrar a las masas dentro del viejo Estado, da lo mismo que este sea vasco o español. Se ha producido un auténtico secuestro del movimiento de masas por ETA y el MLNV. Con el tiempo, la advertencia de HASI de que sólo votando a la gente adecuada puede haber Comisión Mixta, se convirtió en todo un entramado institucional donde las asociaciones populares (ecologistas, musicales, gastronómicas, de enseñanza, vecinales, cooperativas, etc.) ligadas al MLNV sobreviven gracias al apoyo institucional vía representantes abertzales en las instituciones del viejo Estado. Donde se cumple: si no salgo elegido no hay ayudas ni apoyo institucional Por otra parte, las movilizaciones de las masas son la plataforma para que los más arribistas busquen su hueco dentro del viejo Estado.

En la actualidad, con la dirección del MLNV en manos de Otegi (Bildu-Sortu) esto se hace más obvio. El caso de los presos es meridiano, el que se sale de la vía del “acuerdo de paz” pierde la asistencia jurídica, a los familiares de les retira la ayuda para los viajes, etc. En el caso de las movilizaciones del AVE también se puede palpar, el movimiento ecologista ligado a Bildu-Sortu desmoviliza para no erosionar el poder institucional de Bildu-Sortu y así mantener sus subvenciones y ayudas, al mismo tiempo que Bildu-Sortu apoya a espaldas de las masas los acuerdos del PNV sobre el AVE con el Estado español.

El MLNV fue construyendo una red compleja de ayudas y favores, donde el poder institucional ha sido clave para mantener todo un tejido asociativo cautivo, que a su vez ha servido para mantener una base social de votantes. Por eso, en 2011, cuando ETA anuncia el alto el fuego y afirma que el Estado imperialista español al ilegalizar a la izquierda abertzale pretendía dejar a ésta “sin referente político-institucional, con las opciones de profundizar en la construcción nacional anuladas, el objetivo del Estado consistía en reducir la iniciativa de la izquierda abertzale sólo a la lucha armada, con la lucha armada, con la esperanza de que la represión policial la neutralizara. Todo ello provocó un parón en el proceso de liberación: el bloqueo.”, ETA tiene razón desde su punto de vista reformista. Cuando en apariencia más fuerte es la izquierda independentista vasca, (ETA mantiene la capacidad para realizar acciones espectaculares, el MLNV tiene una gran capacidad de movilización de masas y una fuerte implantación institucional), la Ley de Partidos demostró que esta fortaleza era sólo apariencia, un armazón hueco. El MLNV no podía desarrollarse como lo estaba haciendo sin poder institucional. La lucha armada sólo era algo secundario en la estrategia de ETA en esa búsqueda de una “mayoría social” independentista dentro del viejo Estado.

En 2002 se aprueba la Ley de Partidos Políticos, dice Gaspar Llamazares (IU) que votó a favor por error, y en 2003 comienza la ilegalización del aparato legal del MLNV. La Ley de Partidos supone la pérdida de 891 concejales en el País Vasco (incluida Navarra), la pérdida de 49 alcaldes y la pérdida del manejo de unos 130.000 millones de euros (en cuatro años) de los presupuestos de los municipios gestionados. Dinero que además de servir para limpiar calles, mantener el alcantarillado, etc., sirvió para contratar personal cercano al MLNV, subvencionar asociaciones, cooperativas, contratar grupos musicales, teatrales, etc. y para que activistas de los movimientos sociales acabaran dentro de la administración con un buen sueldo. En Llodio, la izquierda abertzale va a perder la gestión sobre unos 22 millones de euros anuales.

Pero esta búsqueda de “condiciones” óptimas para la “revolución”, de “acumulación de fuerzas” y de “cretinismo parlamentario”, hasta crear una “mayoría social” como hemos visto comenzó hace décadas, Otegi es sólo el final de un camino con sólo dos destinos posibles: la capitulación o la derrota, y desde luego no es el camino hacia el mar armado de masas.

Lo fundamental del maoísmo: el Poder

ETA y el MLNV, ahora y desde hace décadas, “confunden” ganar elecciones con tener el Poder. Así, HASI sobre la “gestión popular” en Llodio (Gestión Municipal Popular) se expresó de la siguiente forma: “respecto al modelo de organización de una Euskadi Socialista, considera necesaria y copiamos textualmente de nuestras bases `la superación de las clásicas formas de Estado y de la burocracia por una democracia popular bajo la hegemonía de la clase trabajadora, que promueva la participación directa en la gestión del pueblo, mediante un sistema de delegación controlada desde las asambleas (de fábrica, de barrio, etc.) hasta la constitución de una sociedad sin clases´. Asimismo la línea de acción de nuestro partido se centra en la creación y fortalecimiento del poder popular, en la gestión y control a todos los niveles, con prioridad sobre las formas electoralistas de intervención pública y política, como base de la efectiva hegemonía de la clase trabajadora. Por todo ello, HASI asume totalmente y sin reservas el actual tipo de gestión municipal”.

De esta forma se tergiversa el significado de Nuevo Poder y bajo la figura del “poder popular”, se quiere hacer pasar mayorías electorales en las instituciones del Estado burgués (vasco o español) como Nuevo Poder (dictadura del proletariado). No es difícil imaginarse esa república vasca de ETA y el MLNV. El pueblo desarmado y participando en elecciones, vieja economía, vieja cultura (mucha herriko taberna, rock radical y poca formación comunista de la juventud), vieja política, y en los lugares donde gobernara la izquierda abertzale, el desarrollo de una red clientelar de asociaciones y cooperativas financiadas desde el Estado burgués vasco y un “movimiento popular” dedicado a la gestión de lo cotidiano, sin apuntar a la destrucción del viejo Estado, sin apuntar a resolver la contradicción capital-trabajo.

Apuntar a lo más alto del maoísmo: la Gran Revolución Cultural Proletaria

Comenzábamos con el “no hay condiciones” de ETA y vamos a terminar poniendo sobre la mesa la línea ideológica de la dirección del MLNV hasta la actualidad.

Ha habido una clara insistencia desde el MLNV por presentar como una necesidad construir el País Vasco desde lo municipal, de ahí iniciativas como Udalbiltza (Asamblea de Municipios Vascos), presentada como un embrión del nuevo Estado Vasco y de la mano de la burguesía vasca (PNV y Eusko Alkartasuna). Siendo palpable la influencia del viejo revisionismo dentro del MLNV y especialmente del cubano.

El 22 de agosto de 1974, Raúl Castro en la clausura del Seminario para los delegados del Poder Popular de la provincia de Matanzas, planteaba el nuevo papel que debía asumir el poder local: “Los órganos de poder popular deben asumir a nivel de municipio, de la región o de la provincia, la erradicación del centralismo burocrático existente en muchas partes de nuestro aparato estatal…” “el Poder popular local contará con Comisiones que actuarán de manera permanente y existirán otras extraordinarias para solucionar problemas en cualquiera de los tres niveles o instancias territoriales ya citadas”, Raúl Castro también va a aclarar cuáles son los límites del “poder local”, no tiene poder de decisión sobre las fábricas de azúcar, ni sobre la planificación agrícola, que de eso se encargan ya los rusos. Por tanto, la propuesta de Raúl Castro refrendada en la Constitución de 1977, la “autogestión” en Yugoslavia o el “control obrero” en Albania, plantean que el papel de las masas es centrarse en lo inmediato para no apuntar hacia arriba, a lo alto del Estado, a bombardear el cuartel general burgués. De esta forma el Poder de la burguesía se hace invisible tapado por los numerosos problemas cotidianos y locales. Es decir, las decisiones trascendentes se dejan en manos de unos pocos mientras las masas se dedican a gestionar lo más cercano permaneciendo ajenas a lo fundamental del maoísmo el Poder, el Poder para la clase bajo la dirección de su Partido.  

El pueblo vasco cuenta con una rica y heroica historia de lucha. Hoy mismo están surgiendo en todo el País Vasco organizaciones, como ATA, opuestas al “proceso de paz” y a la rendición de ETA, muy a contracorriente y con la oposición tanto del Estado español como de Bildu-Sortu. La campaña por la Amnistía todavía es reducida, aunque va tomando cuerpo y ganando respaldo social. Está claro que en todos estos años lo que no han faltado son las “condiciones”, las masas quieren la revolución y lo sacrificaron todo por ella, lo que faltó en el país Vasco fue Partido Comunista, un Partido que enarbolara, defendiera y aplicara el maoísmo. Aunque es preocupante escuchar todavía a miembros de ATA defender el proyecto fascista de Chávez-Maduro en Venezuela y otras cosas, sin duda, los revolucionarios vascos harán balance de su historia, sobre el revisionismo armado de ETA, la “acumulación de fuerzas”, el cretinismo parlamentario y aplastarán el revisionismo como enemigo principal, para iniciar guerra popular hasta el comunismo.

Cada día que pasa, se hace más patente la importancia del llamamiento del CC del PCP a apuntar a lo más alto del maoísmo, la Gran Revolución Cultural Proletaria, como fundamental para una conquista cabal del Poder mediante la guerra popular, mantener el Poder en manos del proletariado evitando la restauración capitalista y con guerra popular llegar hasta el comunismo.


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