¡Proletarios de todos los países, uníos! ¡VIVA EL 15° ANIVERSARIO DEL DÍA DE LA HEROICIDAD!
El 19 de junio de 1986, los presos políticos y prisioneros de guerra revolucionarios del Perú conquistaron, bajo la dirección del Partido Comunista del Perú (PCP), un grandioso triunfo moral, político y militar para el proletariado y pueblo peruano; un grandioso triunfo garantizado por el Presidente Gonzalo, sirviendo al avance incontenible de la guerra popular del Perú como parte y al servicio de la revolución proletaria mundial. Hoy, celebrando el 15° aniversario de este grandioso triunfo que se ha inscrito en la historia de la humanidad como Día de la Heroicidad, debemos coger el ejemplo brindado por los cientos de militantes, combatientes y masas que entregaron sus preciosas vidas por el Partido y la revolución, y que hoy siguen conquistando lauros después de la muerte. Sentimos cómo estos héroes del Partido luchan en nosotros, cómo con su sangre derramada nos agitan y nos convocan a ¡Dar la vida por el Partido y la revolución! ¡Nada ni nadie puede detenernos: ni el imperialismo, ni la reacción, ni el revisionismo, ni la naturaleza! ¡Marchamos rumbo al comunismo! Como parte de la lucha armada entre la revolución y la contrarrevolución, miles de hijos del pueblo, en la guerra popular, han devenido presos políticos y prisioneros de guerra. Miles han sido encarcelados por el viejo Estado peruano por luchar por los derechos del pueblo, por un mundo sin explotación y sin opresión, la República Popular del Perú, por el socialismo y el comunismo. Pero, encarcelados, nunca hincaron las rodillas ante la reacción, sino han seguido desarrollando su lucha, bajo la dirección del Partido, como parte integral de la guerra popular, dentro y en función de éste. Así han transformado los campos de concentración del viejo Estado en Luminosas Trincheras de Combate (LTC). Estando en las manos de la reacción, han continuado combatiendo y resistiendo; han servido como ejemplo ante el país y el mundo demostrando la invencibilidad del marxismo-leninismo-maoísmo, pensamiento gonzalo; que, cuando es encarnado por el proletariado y el pueblo, deviene en una fuerza material transformadora que ningún poder en el mundo puede detener y, menos aún, derrotar. La reacción, con todos los métodos, ha tratado de quebrar la resistencia heroica de los militantes, combatientes y masas en las LTC: tortura física y mental, violaciones, introduciendo vidrios y sustancias químicas en los alimentos, etc., hasta el genocidio directo. Así ha sido desde el comienzo de la guerra popular. En los años anteriores a 1986, la reacción realizó varios genocidios contra los presos políticos y prisioneros de guerra; entre ellos se destaca el del 3 de octubre de 1985, cuando asesinaron a 30 compañeros. A comienzos del verano de 1986, el Partido descubrió un plan de la reacción, ya en marcha, para un nuevo genocidio contra los compañeros detenidos en el Frontón, Lurigancho y Callao. En defensa de los derechos de los presos políticos y prisioneros de guerra, en defensa de la moral de la clase que el enemigo trató de mellar, en defensa de los principios del Partido y de la guerra popular, los militantes, combatientes y masas en las tres LTC —Frontón, Lurigancho y Callao— se levantaron en rebelión, en junio de 1986, cumpliendo un plan específico del Partido. Armados principalmente con el marxismo-leninismo-maoísmo, pensamiento gonzalo y sólo con las armas básicas que habían podido preparar ellos mismos como detenidos y conquistando algunas armas de los mismos perros guardianes, desarrollaron una resistencia heroica nunca antes visto en la gloriosa historia de la revolución proletaria mundial. Enfrentando a las fuerzas armadas genocidas del régimen fascista y genocida de Alan García, casi 300 hijos del pueblo entregaron sus vidas; y así, levantándose en rebelión contra el nuevo genocidio en marcha y siguiendo la consigna de ¡Combatir y resistir!, nos dieron un ejemplo imperecedero de lo que significa dar la vida por el Partido y la revolución, conquistando un grandioso triunfo moral, político y militar. Para la reacción peruana, el genocidio contra los compañeros en las Luminosas Trincheras de Combate apuntó a dar un golpe demoledor a la guerra popular y mellar la moral de la clase; pero el triunfo para el Partido y la revolución conquistado por los héroes del pueblo aplastó sus siniestros planes y, por el contrario, sirvió más aún a dar un fuerte y gran impulso al desarrollo de la guerra popular, y cumplió un papel importante sirviendo a abrir el camino a grandes logros como el I Congreso del Partido y los Comités Populares Abiertos. Este grandioso triunfo para la revolución, igualmente, fue una derrota total para el revisionismo. Es un ejemplo fehaciente e inmarcesible ante el mundo entero que comunistas y revolucionarios jamás hincan las rodillas ante la contrarrevolución y que una vez enarbolada la bandera roja, jamás se debe bajarla, cueste lo que cueste, porque está en juego la moral de la clase. Así, El Día de la Heroicidad es un golpe contra la línea oportunista de derecha, revisionista y capitulacionista (lod); las miserable ratas traidoras de esta línea fueron incapaces de dar la vida por el Partido y la revolución, y se vendieron por un plato de lentejas y devinieron en cuchillos contra el Partido y la guerra popular; la resistencia heroica del 19 de junio de 1986 es la negación completa del revisionismo y la capitulación de la lod. Y después de la muerte, los héroes caídos siguen, con su ejemplo, derrotando a la lod. La lucha de los presos políticos y prisioneros de guerra siempre se desenvuelve dentro y en función de la guerra popular; así era, así es, así será. Después de 1986, se han sucedido otros grandes ejemplos de la resistencia heroica de los compañeros en las Luminosas Trincheras de Combate, entre ellos se destaca lo ocurrido en Canto Grande, en 1992, cuando fueron vilmente asesinados alrededor de 100 militantes, combatientes y masas del PCP; y, más recientemente, en la LTC de Yanamayo, en febrero de 2000. Los presos políticos y prisioneros de guerra, principalmente estos últimos, han bregando para cumplir las tres tareas de producir, para no ser carga para las masas (por eso producen, por ejemplo, artesanías), de movilizar (por ejemplo, a sus familiares) y de combatir defendiendo sus derechos y contra los planes del imperialismo, la reacción y el revisionismo. El gobierno fascista, genocida y vendepatria de Fujimori, siguiendo los ejemplos de Belaúnde y de García, intentó quebrar a los prisioneros de guerra imponiendo un régimen aún peor en las cárceles con condiciones infrahumanas; especialmente se ha dado en el trato al Presidente Gonzalo, quien durante ya más de 8 años ha sido totalmente aislado, sin contacto con nadie más que los perros que actúan como guardianes, y se halla en el campo de concentración fascista de la base naval del Callao en las peores condiciones; pero nunca han logrado quebrarlo y, en la más alta Luminosa Trinchera de Combate, el Presidente Gonzalo sigue luchando implacablemente como luz y guía, como Jefatura de la revolución peruana. Como parte del plan del imperialismo yanqui, el régimen actual (el engendro llamado “gobierno de transición”) ha tratado de hacer algunas redisposiciones en las cárceles pretendiendo dar la apariencia de ser un gobierno “democrático”, e intentando barnizar de “legitimidad” al viejoEstado (parte de llamada “guerra de baja intensidad”); pero ha proseguido la misma política genocida y, especialmente, ha tratado de hacer avanzar el siniestro plan de asesinar al Presidente Gonzalo con la patraña de “la huelga de hambre”, que es un intento más de levantar nuevamente la patraña ya aplastada y derrotada del “acuerdo de paz”. Y tal como el Partido, con guerra popular, hizo volar aquella patraña en mil pedazos, también esta nueva patraña ha sido volada por el Partido, siempre con guerra popular, y en esto ha jugado un papel clave la acción de los presos políticos y prisioneros de guerra del PCP, que han sido muy firmes y han denunciado y rechazado cabalmente a esta nueva patraña. Así, en condiciones muy difíciles, los camaradas y compañeros en las LTC, hoy mismo, siguen combatiendo y resistiendo sirviendo a la guerra popular. Es nuestro deber redoblar esfuerzos para apoyar su heroica lucha y, especialmente, para defender la vida de nuestro querido y respetado Jefe, el Presidente Gonzalo, centro de unificación partidaria y garantía de triunfo; y aunar la defensa del camarada Feliciano a la de nuestra Jefatura. ¡Viva el Presidente Gonzalo! Junio 2001 Movimiento Popular Perú
(MPP) |