Discurso presentado por el Movimiento Popular Perú en la conferencia internacional organizado por el PCM (Turquía y Kurdistan Norte) Enero 2004.

¡Proletarios de todos los países, uníos!

¡UNIRSE BAJO EL MAOÍSMO!

La consigna que encabeza nuestra intervención en esta conferencia expresa la necesidad de unirnos sobre la base del marxismo-leninismo-maoísmo, principalmente maoísmo. Esto es que los comunistas del mundo deben unirse internacionalmente para poner el maoísmo como único mando y guía de la revolución mundial. Unirnos para que el maoísmo dirija la nueva gran ola de la revolución proletaria mundial, a la cual hemos entrado.

A propósito, el próximo mes de febrero del presente año se cumplirán 156 años de la publicación del Manifiesto del Partido Comunista, de Marx y Engels, que es la partida de nacimiento del movimiento comunista internacional, el programa común de todos los comunistas del mundo, y el anuncio oficial de la luminosa meta de la lucha de clases que dirige el proletariado: la sociedad comunista. En la última línea del texto del Manifiesto se establece la consigna del movimiento comunista internacional: ¡PROLETARIOS DE TODOS LOS PAÍSES, UNÍOS! Esto es, que la unidad del proletariado internacional es indispensable para el triunfo de la Revolución Comunista. Nuestra consigna y lema —también— es la síntesis formal del contenido del Manifiesto. Por lo tanto, toda organización o persona que enarbola esta consigna, si es CONSECUENTE, está enarbolando el contenido del Manifiesto. Y así lo hace el Partido Comunista del Perú (PCP). Nuestro Primer Congreso se ha reafirmado en la plena vigencia del Manifiesto y en la meta: el siempre dorado comunismo. Desde que aparecimos como clase consciente de su papel histórico, como última clase de la historia mundial, tenemos establecida una tarea indispensable para el triunfo de nuestra causa, para lograr nuestra luminosa meta, que es bregar por la unidad del proletariado internacional, del movimiento comunista internacional. Para ello hay que constituirse en Partido Comunista.

Con el Manifiesto nace el marxismo como la ideología completa de la clase, con un programa y una única meta, sobre cuya base se constituye en “partido distinto y opuesto a todos los demás” para bregar por la unidad del proletariado internacional para conseguir el triunfo del comunismo. Porque —como lo reitera el Presidente Gonzalo— “al comunismo, o llegamos todos o no llega nadie”. Hoy nuestra ideología ha devenido marxismo-leninismo-maoísmo, principalmente maoísmo. Hoy más que nunca debemos bregar sin desmayo por lograr la unidad de nuestro movimiento comunista internacional sobre la base de nuestra ideología de validez universal, de nuestro programa y de nuestra meta establecida.

Con el Marxismo se constituye el proletariado en clase consciente de su papel histórico —en Partido Comunista— iniciándose la revolución proletaria mundial. Ésta tiene un inicio y luego, en el curso de su desarrollo, con el triunfo de la Revolución de Octubre dirigida por Lenin, entró a la era de la revolución proletaria mundial. Esto tiene gran importancia actual por varias razones: 1. La era de la revolución mundial burguesa ha tocado a su fin, ha caducado; 2. Estamos en la era de la revolución proletaria mundial y toda revolución tiene este carácter; 3. La revolución democrática pendiente en los países oprimidos pertenece o es parte de la revolución proletaria mundial, es de nueva democracia, y toda lucha de los pueblos por solucionar el problema democrático y el problema nacional, en los países coloniales y semicoloniales, independientemente de la voluntad de quien la dirige, y aún en contra de ella misma, como parte del movimiento de liberación nacional de los pueblos y países oprimidos, son parte inseparable de la revolución proletaria mundial, la única revolución posible y vigente en esta época histórica del desarrollo de la lucha de clases mundial y de la lucha de clases del proletariado por su emancipación y, por lo tanto, por la emancipación de toda la humanidad; 4. No puede haber una etapa “intermedia” o una etapa previa a la revolución de nueva democracia. Ésta se inicia con la fundación del Partido Comunista y con el inicio de la guerra popular se entra a barrer el viejo Estado terrateniente-burocrático para culminar la revolución democrática con la toma del Poder en todo el país. La guerra popular se inicia para culminar la revolución democrática con la toma del Poder en todo el país y pasar, sin interrupción alguna, a establecer la dictadura del proletariado; con ella, dar inicio a la revolución socialista y, mediante sucesivas revoluciones culturales, llegar junto con toda la humanidad al comunismo; 5. Si se la detiene, si se la posterga, si se abandonan las armas y el nuevo Poder, se habrá hecho arar a las masas en el mar; así sólo se posterga la revolución y se fortalecen las cadenas de la opresión y la explotación contra las masas; a lo máximo, lo que se haría es abrir más amplia brecha al capitalismo, esto es, al capitalismo burocrático; y, 6. La guerra de liberación nacional, el movimiento de liberación nacional, la unidad nacional para parar o enfrentar la agresión imperialista, como lo ha establecido el Presidente Mao, requiere de Partido Comunista, Ejército Popular de Liberación y nuevo Poder con su sistema de bases de apoyo y de comités populares. Así, ésta no se detiene por el cambio de contradicción, sino que avanza uniendo a la inmensa mayoría y concentra su ataque contra el agresor y sus lacayos para, luego del triunfo con la expulsión del agresor, del ocupante imperialista, establecer la República Popular y con ella el socialismo, la dictadura del proletariado.

 

¡VIVA LA NUEVA GRAN OLA DE LA REVOLUCIÓN
PROLETARIA MUNDIAL!

Como hemos dicho, con el triunfo de la Revolución de Octubre, en 1917, la clase estableció la dictadura del proletariado y se abrió una nueva era. Con ese triunfo se marcó un hito extraordinario en la historia mundial, el término de la revolución burguesa y el comienzo de la revolución proletaria mundial.

En el proceso de la revolución mundial de barrimiento del imperialismo y la reacción de la faz de la Tierra hay tres momentos: 1° La defensiva estratégica de la revolución mundial, opuesta a la ofensiva de la contrarrevolución, que arrancó desde 1871 con la Comuna de París y termina con la Segunda Guerra Mundial; 2° El equilibrio estratégico, que se dio en torno al triunfo de la revolución china, a la Gran Revolución Cultural Proletaria y al desarrollo del poderoso movimiento de liberación nacional; y, 3° La ofensiva estratégica, momento que se puede ubicar en torno a los 80, en que vemos signos como la guerra Irán-Iraq, Afganistán, Nicaragua, el inicio de la guerra popular en el Perú, época inscrita en los “próximos 50 a 100 años”; de ahí en adelante se desarrollará la contradicción entre el capitalismo y el socialismo, cuya solución nos llevará al comunismo. Es así cómo el Presidente Gonzalo ve los largos años por venir.

Con esa gran visión comunista que caracteriza a nuestro Jefe, el Presidente Gonzalo, estableció que la revolución es la tendencia histórica y política principal de la historia mundial. Él enseña que la contradicción desarrolla progreso, que la mayoría está por el avance, por tener elementales condiciones de vida y por desenvolverse como gente, como seres humanos, acorde con el avance de los tiempos, que hay fabulosas riquezas creadas, que hay determinadas condiciones más altas y que no pueden las masas convivir en el mundo en condiciones infrahumanas no acordes con ingente riqueza y derroches insultantes. El mundo tiene que avanzar; el progreso, el desarrollo y la revolución es el sentido histórico; por eso los burgueses y los pequeños burgueses lacayos sostienen la negación del progreso, del desarrollo, del avance. Nosotros concebimos el progreso como consecuencia de la transformación revolucionaria de la lucha de clases que genera clases más avanzadas, pueblo más combatiente. La historia tiene un sentido que va hacia la libertad más amplia del hombre. Eso es innegable, pero lo niegan y dicen que son ideas pseudo marxistas; pero existe la contradicción entre lo nuevo y lo viejo y eso genera que la revolución sea la tendencia principal. El Presidente Mao decía que el camino es sinuoso, pero el futuro es brillante. O esto tiene contradicción, realidad, o es un artilugio en frases brillantes. Histórica y políticamente, la revolución es la tendencia principal, lo otro es un transitorio retroceso; cuando hay problemas se genera pesimismo, se dice “tanto se bregó y para qué”, pero lo hecho nunca se pierde.

Hay contienda entre lo positivo y lo negativo; porque es superior, lo nuevo se impone. Ver la contradicción, la historia, el interés de la masa que va a definir el futuro de la masa, el futuro socialista o que viva aherrojada a un amo, al imperialismo. Ver qué quiere la masa, eso define el sentido histórico y político.

El imperialismo madura las condiciones objetivas de la revolución o la situación revolucionaria en desarrollo desigual en todo el mundo, lo afirmó Lenin. Esto es, en todo el mundo se da la opresión de “los de abajo” y la crisis de “los de arriba”. Como hemos dicho en el párrafo anterior, la masa ya no quiere seguir viviendo en condiciones de miseria que no se condicen con la situación de progreso que hoy hay en el mundo. Por otro lado, “los de arriba” ya no pueden seguir gobernando como antes, el viejo orden de la reacción cruje, se hunde en forma desesperada tanto en los países imperialistas como en los países oprimidos, pero nadie puede esperar que se retiren benignamente, pues el imperialismo, la reacción, máquinan siniestras hecatombes. La superpotencia hegemónica única, el imperialismo yanqui, la otra superpotencia atómica, Rusia, y otras potencias invaden, penetran, ocupan, socavan, destruyen con su “guerra ilimitada”, buscan hundirlo todo en el espanto. Pero, como dice el Presidente Mao, al atacar, al agredir, al lanzar ofensivas, se desparraman y entran en las entrañas poderosas del pueblo; y el pueblo se encabrita, se arma y alzándose en rebelión pone dogales al cuello del imperialismo y los reaccionarios, los coge de la garganta, los atenaza; y, necesariamente los estrangulará. Hoy estamos viendo cómo en todo el mundo los pueblos se levantan en rebelión contra el imperialismo en Asia, África y América Latina; y también vemos cómo la masa lucha y combate en los propios países imperialistas contra la opresión en sus propios países y contra la agresión imperialista, contra la guerra imperialista. Esto se expresa en las protestas masivas, como en Estados Unidos, Alemania, Italia, Francia, etc., y, como expresión más alta, en las luchas armadas en Europa y China, lo que es prueba innegable de que se agudiza también la contradicción entre proletariado y burguesía. Y esto tiene que ser así pues responde a ley establecida de que la guerra imperialista acelera todas las contradicciones acicateando la revolución. Pero lógicamente, ésta se expresa con más fuerza en nuestros países, en las guerras populares (del Perú y de Nepal), en las luchas armadas que dirigen nuestros Partidos Comunistas y en las luchas armadas contra la ocupación y la agresión imperialista en Iraq, Afganistán, Palestina, Chechenia, etc. Esto en su conjunto ha determinado que hayamos entrado a una nueva gran ola de la revolución proletaria mundial. Nueva gran ola de la revolución mundial, cuyo advenimiento fue anunciado por el Presidente Gonzalo en su Discurso de septiembre de 1992 y nos llamó a poner el maoísmo como su único mando y guía, como garantía de triunfo, reconstituyendo o constituyendo Partidos Comunistas militarizados para iniciar la guerra popular.

Eso por un lado, por el lado del pueblo. Por el otro, desde comienzos de la década del 90 del siglo pasado, se da la ofensiva contrarrevolucionaria general que, como hegemonista único y gendarme mundial, dirige el imperialismo yanqui . Es ofensiva contrarrevolucionaria del imperialismo, de la reacción y del revisionismo contra la revolución mundial para conjurarla. Ésta se ha desarrollado en medio de acelerados preparativos de los imperialistas para una tercera guerra mundial y hoy la impulsan en medio de su guerra imperialista de agresión, como en Afganistán, Iraq, etc., o sometiendo países mediante la acción armada encubierta, como sucede con el Perú, Colombia, Bolivia, etc., y el chantaje militar, como sucede con Irán, Libia, sólo por nombrar los más recientes ejemplos. Guerra imperialista de agresión que desata el imperialismo yanqui por ser él quien reparta la torta, el botín de la rapiña imperialista, que enfrenta a los otros imperialistas que quieren también decidir sobre ese reparto, lo que los lleva a que se enfrenten inevitablemente en todos los continentes por sus intereses. Guerra imperialista cuyo desarrollo los lleva inevitablemente a una nueva guerra mundial. Así, “o la revolución conjura la guerra, o la guerra mundial atiza la revolución” (Presidente Mao); en medio, pues, de la agudización de todas las contradicciones en el mundo. Así está el mundo hoy.

 

LA GUERRA POPULAR MUNDIAL ESTÁ A LA ORDEN DEL DÍA

El Presidente Gonzalo nos dice: “Ante una ofensiva contrarrevolucionaria, los hombres tenemos que actuar, más los comunistas, tenemos que transformar esa ofensiva en una contraofensiva revolucionaria; depende de la acción transformadora del hombre para que se exprese la condición de tendencia principal, que es la revolución, y los comunistas tenemos que concretar la guerra popular especificándola a las condiciones concretas de cada revolución.” Y eso es lo que se necesita para que se exprese todo el poder de nuestra ideología, el maoísmo. Pues, como él mismo dice: “No es lo mismo, por tanto, situación revolucionaria o condiciones objetivas de la revolución que condiciones subjetivas, y éstas son la clase y los instrumentos capaces de convertir la situación revolucionaria en violencia revolucionaria”, lo que en el momento actual implica ejército revolucionario, frente único y Partido que maneje a ambos; esto es guerra popular. Es guerra de masas dirigida por el Partido Comunista; necesidad de Partido basado en la ideología del proletariado, el marxismo-leninismo-maoísmo, que debe especificarse en un pensamiento guía; guerra popular especificada según el tipo de país; guerra popular que tiene como esencia las bases de apoyo o nuevo Poder. Guerra popular prolongada porque deriva de la correlación entre los factores del enemigo y los nuestros; nosotros vamos de aparentemente débiles a fuertes y el enemigo de aparentemente fuerte a débil. El Presidente Gonzalo nos enseña que la guerra popular es larga, cruenta pero victoriosa y nos advierte contra el derechismo como peligro principal que puede causar serios tropiezos a la guerra. Guerra popular que, hecha por países, vaya abarcando todos los continentes para confluir como un sólo torrente en la guerra popular mundial.

El Presidente Gonzalo llama a los comunistas a prepararse para convertir en guerra popular las agresiones o intervenciones imperialistas o esa guerra interimperialista o esa guerra mundial imperialista o para prepararnos, aún sin guerra imperialista; sin agresión directa del imperialismo, enarbolar la guerra popular y atrevernos a combatir, que es lo que se hizo en el Perú el 17 de mayo de 1980. Otros llaman a centrar en movimiento de masas y dicen que la única contradicción que se agudiza es la existente entre las naciones oprimidas, de un lado, contra las superpotencias imperialistas y potencias imperialistas, de otro lado, que es la primera y principal, pero no la única que actúa. Éstos dicen que en los países imperialistas de Norteamérica, Europa o Asia no hay situación revolucionaria, derivando esto de que “no hay una gran crisis, de que no hay peligro de guerra interimperialista o guerra mundial imperialista; ellos dicen que en los países imperialistas hay que seguir “el camino de octubre”. Éstos centran en el plan de la reacción y no en el desarrollo de la revolución, de que debe quedar nítida la necesidad de la violencia revolucionaria para transformar el mundo, de que sólo con las guerras se transforma el mundo; enarbolamos la omnipotencia de la guerra revolucionaria, esto es, de la guerra popular, como la teoría militar más alta del proletariado que, recién con el Presidente Mao Tsetung, la clase ha plasmado cabal y completamente y que debe ser especificada a cada tipo de países ya sea imperialista o atrasado. ¿Dónde está la maña de algunos? Ésta está en confundir la guerra popular como concreción de la violencia revolucionaria, de validez universal, con el camino que ésta debe seguir de acuerdo al tipo de país, ya sea imperialista o atrasado.

Esos mañosos a los que nos hemos referido anteriormente defienden la posibilidad y necesidad de la “participación parlamentaria”, de un “largo período de desarrollo pacífico”, en la época de la crisis definitiva del Estado burgués y del parlamento, cuando éste ha devenido mera pieza del decorado; en medio del proceso mundial de reaccionarización del Estado mediante la centralización absoluta —vía el absolutismo presidencialista o el fascismo—, cuando las leyes y todas las medidas importantes “se deciden por encima o por debajo de los parlamentos”; donde cada escándalo de corrupción revela con toda claridad lo establecido por Lenin, que “los monopolios les han robado la libertad política a los ciudadanos”, pues estos llamados escándalos de la financiación de las campañas electorales revela quiénes ejercen de “gran elector”. Con el pretexto de “acumulación de fuerzas en un largo período que pasa por la lucha parlamentaria”, esta nueva versión del viejo “cretinismo parlamentario” pretende reforzar el viejo Estado burgués, los viejos y podridos Estados imperialistas que se encuentran carcomidos hasta el tuétano; Estados y gobiernos donde su ilegitimación marcha a tambor batiente, incapaces de atraer a la mayoría de las masas a la participación electoral masiva, participación electoral que, pese al fraude y a la propaganda masiva y millonaria, está siempre por debajo del 60 ó 50 por ciento en la mayoría de estos países, siendo la participación electoral más miserable en Estados Unidos y Rusia, donde no llega ni siquiera al 40 por ciento. Así, contra el sentido de lo que quiere la masa, contra el rechazo espontáneo que ésta muestra al parlamentarismo y sus elecciones, a los partidos y políticos del viejo orden de opresión imperialista, estos cretinos quieren llevar agua al molino reaccionario; esa acumulación de fuerzas favorece al enemigo y corresponde a la táctica del viejo revisionismo de Kautsky, que repite el revisionismo contemporáneo de Jruschov y compañía. Esa táctica no corresponde a los maoístas, pues lleva a confundir los dos caminos, el camino proletario (el camino de la guerra popular) con el camino imperialista de la vía inconducente de los votos. Eso corresponde a la “vía pacífica”.

Nosotros estamos por la violencia revolucionaria porque sólo con armas se cambia el mundo. Para los comunistas, la guerra popular es la forma cómo se concreta la violencia revolucionaria, tanto en los países imperialistas como en los países atrasados. Ser maoísta, aplicar en la teoría y en la práctica la concepción del proletariado, de acuerdo a las condiciones concretas de cada revolución, exige sujetarse a la guerra popular y, por tanto, centrar la actividad en iniciarla, si no ha comenzado, y en desarrollarla, si se ha iniciado. Más aún si hemos entrado a una nueva gran ola de la revolución proletaria mundial. Eso marca el término del debate y toca a los comunistas, a todos los revolucionarios, actuar.

Aquellos que hablan de “participación... ” so pretexto de seguir “el camino de octubre”, en otras oportunidades hablan de “guerra popular”; pero, “sin bases de apoyo”. Todo el trabajo que desarrolla esta gente es para oponerse a la guerra popular y usan sus vinculaciones hegemonistas y su apoyo a ciertos grupos para lograr esto. Por eso se tiran contra el pensamiento gonzalo. Nosotros desenmascaramos a estos personajes y planteamos que se oponen tercamente al inicio de la guerra popular en los países imperialistas. Lo que hacen estas personas es ver el fogón abrasador de las guerras populares del Perú y de Nepal como gatos y maullar, pues nadie puede negar los avances alcanzados en estos países por los maoístas. No estamos de acuerdo con la práctica escisionista de estos baratos hegemonistas. No estamos de acuerdo con que se trate de aislar la guerra popular del Perú y que se trate de impedir que la voz del Partido Comunista del Perú llegue nítida a todos los Partidos y organizaciones revolucionarias del mundo. No necesitamos intermediarios de ninguna clase, queremos tener relación directa con todos los comunistas del mundo y sus Partidos. Eso lo tenemos que hacer por la necesidad de la hora presente. El Partido Comunista del Perú necesita dar a conocer su experiencia de desarrollar la guerra popular al servicio de la revolución mundial, aplastando todos los planes del imperialismo, de la reacción y del revisionismo, específicamente de las ratas de la línea oportunista de derecha, revisionista y capitulacionista (LOD). El Partido Comunista del Perú necesita del avance de la revolución mundial, del internacionalismo proletario.

¿Qué necesitamos? Necesitamos que el maoísmo, encarnándose en los pueblos del mundo, pase a generar Partidos Comunistas militarizados, de nuevo tipo, con Jefatura y pensamiento guía, para que inicien guerras populares para barrer al imperialismo, la reacción y el revisionismo de la faz de la Tierra. Como hemos señalado en nuestro volante del 26 de diciembre, ¡VIVA EL MARXISMO-LENINISMO-MAOÍSMO, PRINCIPALMENTE EL MAOÍSMO!: “Los comunistas del mundo deben ya reconstituir los Partidos; no es cuestión de ir acumulando fuerzas o juntar grupúsculos de toda ralea; la cuestión es que, contando con un puñado de comunistas, tomando el mismo ejemplo del Presidente Mao y del Presidente Gonzalo, constituir o reconstituir el Partido para iniciar lo más pronto posible la guerra popular en todos los países, y esto en el Oeste y el Este, de Sur a Norte, en país frío o país caliente; en todas partes, la guerra popular mundial está a la orden del día: constituir o reconstituir los Partidos e iniciar la guerra popular, ésta es la tarea de los comunistas, así de simple.”

Estamos por la reconstitución de la Internacional Comunista y consideramos al Movimiento Revolucionario Internacionalista como un paso en ese rumbo, al cual servirá en tanto se sustente y siga una línea ideológica política justa y correcta. Estamos por una correcta y sagaz lucha de dos líneas para hacer avanzar nuestro movimiento en medio de la lucha de clases mundial.

Finalmente, estamos por imponer el maoísmo como único mando y guía de la revolución mundial, de la nueva gran ola de la revolución proletaria mundial, como única garantía para su desarrollo victorioso. Consideramos que esta lucha será larga, compleja, dura, pero que al final los maoístas de la Tierra lo impondremos, porque el marxismo no ha dado ni un solo paso en la vida sin lucha. Consideramos que la defensa de la vida del Presidente Gonzalo, el más grande marxista-leninista-maoísta viviente sobre la faz de la Tierra, es tarea de gran contenido estratégico, inseparable de bregar por imponer el maoísmo como único mando y guía de la revolución mundial. ¡Llamamos a enarbolar, defender y aplicar el marxismo-leninismo-maoísmo, principalmente el maoísmo!

¡Gloria al proletariado internacional!
¡Viva la revolución proletaria mundial!

Movimiento Popular Perú
Enero de 2004


Documentos Home Get in contact