¡Proletarios de todos los países, uníos! ¡VIVA EL DÍA DE LA MUJER!
El Movimiento Popular Perú, organismo generado del glorioso Partido Comunista del Perú, dirige sus más calurosos saludos comunistas y revolucionarios a las heroínas de nuestra clase y a todas las mujeres obreras y campesinas del mundo, que luchan cada día contra la doble explotación y opresión a que están sometidas por el podrido sistema imperialista. Nos reafirmamos en la posición de nuestro Partido, la cual parte de lo establecido por su fundador José Carlos Mariátegui sobre el feminismo proletario, y de toda la experiencia de nuestro Partido de la lucha de las mujeres en la guerra popular. Así mismo, dirigimos nuestros más solemnes saludos a todas las camaradas y compañeras del Partido y del Ejército Popular de Liberación, que han dado y siguen dando sus vidas por el Partido y la revolución, sirviendo a la revolución mundial y dando contribuciones a la lucha de las mujeres en todo el mundo. Como Mariátegui estableció, el feminismo no es uno, sino varios, con diferentes posiciones de clase. Hoy, en la crisis final del imperialismo, cuando todas las contradicciones se agudizan, eso se expresa más claramente; el feminismo burgués y pequeño burgués se han convertido en arma ideológica y política contrarrevolucionaria, parte de la ofensiva contrarrevolucionaria general, la cual ha sido definida por el Presidente Gonzalo: "ofensiva contrarrevolucionaria general que pretende conjurar la revolución como tendencia principal, histórica y política; ofensiva encabezada por el imperialismo yanqui en su condición de hegemonista único y gran gendarme, podrido gigante con pies de barro; ofensiva contrarrevolucionaria general que apunta a negar la ideología de la clase a través de negros engendros como 'caducidad del marxismo', 'fracaso del socialismo', 'totalitarismo de la dictadura del proletariado', 'inutilidad del Partido Comunista' que muestran la incapacidad teórica y práctica de la burguesía…" (¡Viva el maoísmo! Resolución, CC-PCP 1993)
El papel del feminismo burgués y pequeño burgués en la ofensiva contrarrevolucionaria general Las clases explotadoras tienen plena conciencia que la clave para cualquier intento de aniquilar la revolución debe ser despojarla de su carácter proletario, de su ideología proletaria y su dirección proletaria, porque la realidad ha mostrado claramente que cuando los pueblos están unidos bajo el proletariado y sus Partidos Comunistas, aplicando la ideología y los principios del proletariado, estos van a derrocar a los explotadores y tomar el Poder. Por eso, como parte de su ofensiva contrarrevolucionaria general, el imperialismo, la reacción y el revisionismo lanzaron su campaña contra el movimiento proletario y contra el marxismo en la esfera académica y entre los intelectuales "izquierdistas", para después difundir lo mismo entre las masas trabajadoras. Con viejas ideas reaccionarias y revisionistas, esta vez nombradas "postmodernismo", "postestructuralismo" y "postmarxismo", declaran que la "opresión de clase" solo es una entre varias formas de opresión, y que no se puede definir uno de ellas como principal, porque eso sería marxismo "dogmatico" y "autoritario". Declaran que hoy, el mundo es tan complejo que no se puede entender ni transformarlo. Consecuentemente, la “izquierda” tiene que abandonar sus metas “utópicas” y adaptarse a la nueva “verdad”, es decir limitarse a proteger los intereses – dentro de las ramas del sistema - de individuos o grupos “marginalizados” frente a los efectos más agudos de la explotación. En esta versión distorsionada de la realidad, el marxismo ha devenido “conservador” y “autoritario”, mientras una “izquierda” anticomunista, sujetada a las órdenes y la concepción del mundo de la burguesía, se presenta como “libertaria” y más “democrática”. En este contexto, el feminismo burgués y pequeño burgués han asumido el sucio papel de introducir esa doctrina contrarrevolucionaria en las filas del proletariado. Aprovechando la justa furia de las mujeres del pueblo, intentan enfrentar obreras contra obreros y dividir a la clase. Según su concepción idealista y metafísica, la opresión de la mujer existe independientemente y separada de la lucha de clases, y así proponen una vez más la conciliación de clases en el contexto feminista, diciendo que las obreras sí tienen intereses comunes con las explotadoras en una supuesta lucha “contra los hombres”. En realidad, esta es una lucha contra todo el proletariado, hombres y mujeres, con la cual se despoja la lucha de las mujeres de su carácter revolucionario. Este nuevo feminismo ya no tiene la meta de aplastar y barrer completamente el patriarcado, junto con toda explotación. Enseña a las mujeres que en lo fundamental, la sociedad no se puede cambiar en sus cimientos– solo se puede combatir algunos de sus efectos. Consecuentemente, una gran parte del feminismo burgués y pequeño burgués, incluso feministas que se llaman “izquierdistas”, por ejemplo no quieren abolir la prostitución, sino organizarla, legitimarla; capitulación abierta y descarada frente al imperialismo y la reacción. Repiten, en palabras veladas, la vieja tesis de todas las clases explotadoras de la “naturaleza deficitaria de la mujer”, con la idea de que confrontación, lucha de clases, guerra revolucionaria, autoridad y Poder político son conceptos “masculinos”, mientras que las mujeres son “pacificas”, “conciliadoras”, “piensan más en el individuo” etc. Es decir, bajo el manto de feminismo siguen condenando las mujeres a una posición de subordinación, y bajo el pretexto de exigir más puestos políticos para las mujeres, quieren infiltrar a los movimientos obreros con ideología y política burguesa. Este rol contrarrevolucionario del feminismo burgués y pequeño burgués no se limita a la llamada “izquierda”. A nivel mundial, el imperialismo utiliza el feminismo burgués para legitimar genocidas como Thatcher, Clinton o Merkel, y para cínicamente justificar la agresión imperialista contra los países oprimidos del tercer mundo y tratar de socavar la unidad a nivel mundial entre el movimiento proletario y el movimiento de liberación nacional.
El feminismo proletario Las feministas burguesas y pequeño burguesas ocultan y niegan sistemáticamente los enormes avances alcanzados por las mujeres en los países socialistas, y tiene que ser una de las tareas del movimiento femenino proletario difundir estas experiencias entre las masas. En las revoluciones socialistas, la lucha de las mujeres alcanzó triunfos nunca vistos en la historia de lucha de clases. La Revolución de Octubre estableció el derecho al divorcio, las guarderías para los niños (como parte de la lucha por integrar a las mujeres en la producción y la política), y se legalizó el aborto (ver cita de Lenin http://www.marxists.org/archive/lenin/works/1913/jun/29.htm). En la revolución china, especialmente en la Gran Revolución Cultural Proletaria, hemos visto la mayor movilización de mujeres revolucionarias de toda la historia humana. En Perú vemos la mayor participación de mujeres militantes dirigentes, dirigiendo el ejército y las masas en guerra popular dirigida por un Partido Comunista militarizado marxista-leninista-maoísta, pensamiento gonzalo. La revolución proletaria nos ha dado las más grandes heroínas de nuestra clase: obreras, combatientes y comunistas que son ejemplos gloriosos para las mujeres oprimidas de todo el mundo. “Desde hace mucho tiempo, los representantes de todos los movimientos emancipadores de Europa occidental formularon a lo largo, no ya de décadas, sino de siglos, la reivindicación de abolir las leyes caducas y de equiparar legalmente la mujer al hombre, pero sin que ni uno solo de los países democráticos europeos, ni una sola de las repúblicas más adelantadas, lograse realizarlo; porque allí donde existe el capitalismo, donde se mantiene en pie la propiedad privada sobre la tierra, las fábricas y plantas industriales, donde persiste el poder del capital, siguen conservando los hombres los privilegios. Y si en Rusia fue posible lograr aquel anhelo, se debió a que el 25 de octubre de 1917 se implantó en nuestro país el poder obrero. El poder soviético se planteó desde el primer momento el objetivo de ser el poder de los trabajadores, enemigo de toda explotación. Se señaló la tarea de acabar con toda posibilidad de explotación de los trabajadores por parte de los terratenientes y capitalistas, de liquidar la dominación del capital. El poder soviético se propuso como objetivo lograr que los trabajadores construyan su propia vida sin propiedad privada sobre la tierra, sin propiedad privada sobre las fábricas y plantas industriales, sin esa propiedad privada que en todas partes, en el mundo entero, incluso bajo el régimen de plena libertad política, incluso en las repúblicas más democráticas, coloca de hecho a los trabajadores en condiciones de miseria y esclavitud asalariada, y a la mujer bajo una doble esclavitud. El poder soviético, como poder de los trabajadores, implantó legislativamente, ya durante los primeros meses de su existencia, los cambios más radicales con respecto a la mujer. La República Soviética no dejó piedra sobre piedra de las leyes que colocaban a la mujer en una situación de sometimiento. Y al decir esto me refiero en particular a las leyes que aprovechaban especialmente la situación más débil de la mujer, para privarla de derechos y colocarla con frecuencia en condiciones humillantes; es decir, a las leyes sobre el divorcio, los hijos ilegítimos y el derecho de la mujer a demandar judicialmente al padre del niño para que asegure su sustento.” (Las tareas del movimiento obrero femenino en la República Soviética, V.I. Lenin, 1919) El feminismo proletario debe partir de una firme posición de clase proletaria para nunca permitir que el imperialismo, la reacción y el revisionismo utilicen la lucha de las mujeres para sus propios intereses. Las mujeres del proletariado y del pueblo tienen que organizarse en los tres instrumentos de la revolución, el Partido, el Ejército y el Frente, para preparar, iniciar y desarrollar guerra popular. En la lucha reivindicativa, las camaradas y compañeras femeninas tienen que asumir el papel de dirigentes, combatiendo el feminismo burgués y pequeño burgués, implacablemente luchando por las reivindicaciones en función de la lucha por el Poder. A mismo tiempo, las feministas proletarias tienen que luchar contra toda posición caduca o anti-proletaria dentro de nuestras filas en cuanto a la mujer, y aplastar la posición revisionista de que “el problema de la mujer se va resolver automáticamente con la revolución socialista, y no se necesita ningún movimiento femenino”. Tal movimiento se necesita precisamente porque la explotación y la opresión de la mujer existen como formas particulares de la explotación y opresión en este sistema, y porque se expresan también en las filas de nuestra clase. En breve: luchar implacablemente contra el enemigo de clase por la emancipación de la mujer a través de la revolución proletaria, y luchar por unir a los hombres y las mujeres de la clase, aplicando lucha de dos líneas dentro de nuestras filas contra toda expresión de la tesis de la “naturaleza deficitaria de la mujer”. Nos reafirmamos en la posición proletaria en cuanto a la mujer: "La experiencia de todos los movimientos liberadores confirma que el éxito de la revolución depende del grado en que participen las mujeres" (V.I. Lenin) "La verdadera igualdad entre el hombre y la mujer sólo puede alcanzarse en el proceso de la transformación socialista de la sociedad en su conjunto." (Presidente Mao Tse Tung) "Las mujeres que son la mitad del mundo y desarrollar el movimiento femenino por la emancipación de la mujer, tarea que es obra de las mujeres mismas pero bajo la dirección del Partido;" (Presidente Gonzalo) ¡VIVA EL DÍA DE LA MUJER! Movimiento Popular Perú, 8 de marzo de 2013 |