¡Proletarios de todos los países, uníos! ¡VIVA EL DÍA DEL PROLETARIADO!
La lucha por el maoísmo es la lucha por la dirección proletaria de la revolución Vivimos momentos históricos, de gran importancia, de lucha a muerte contra el imperialismo, la reacción mundial y el revisionismo.
Aplastar los planes del imperialismo, guerra popular mundial El imperialismo es conciente de que sus días están contados, que es una bestia agónica y putrefacta, y, por lo mismo, entiende que tienen que impedir que el proletariado tome la dirección de las luchas de liberación nacional contra el imperialismo, o las luchas dentro de los países imperialistas. Por eso, los planes del imperialismo tienen entre sus objetivos: aislar a los comunistas, difamar toda la revolución proletaria, y convertir cada movimiento revolucionario en movimiento reformista, revisionista, subordinado a los intereses del imperialismo. Al mismo tiempo, fomenta el fascismo, con el fin de unir a todas las clases bajo la agenda de la burguesía imperialista y unir al pueblo de los países imperialistas en lucha contra los pueblos del Tercer Mundo. Unir a todos los pueblos frente a tretas catastróficas como la del “fin del mundo” (ver el informe del IMF –Fondo Monetario Internacional- sobre el calentamiento global, etc.). Esto no es nuevo. A la muerte de Stalin y tras el golpe de Estado contrarrevolucionario de los socialimperialistas rusos, estos hicieron bandera de la “coexistencia pacífica” sobre el argumento de la bomba atómica. “La presencia de la bomba atómica –decían- sitúa los dos sistemas opuestos en el dilema de coexistir o de resolver sus problemas mediante formas de lucha que excluyan la guerra nuclear. La segunda alternativa comporta riesgos inmensos para la humanidad”. De nuevo el imperialismo trata de desmovilizar al proletariado y a las masas del Tercer Mundo poniendo por encima los “intereses de la humanidad”, por encima de la lucha de clases y la revolución proletaria mundial – mientras los imperialistas siguen con su genocidio contra los pueblos del mundo. Los comunistas insistimos en que la única solución es la revolución, y frente la guerra mundial imperialista de rapiña, transformarla en guerra popular mundial para aplastar y barrer el imperialismo de la faz de la tierra.
Aplastar al nuevo revisionismo, aplastar al “maoísmo” de membrete El nuevo revisionismo sirve a los planes del imperialismo y de la reacción. Ataca el legado de la revolución proletaria mundial, la dictadura del proletariado, niega las grandes conquistas de la clase obrera internacional y ataca, injuria y calumnia a los jefes del proletariado: Marx, Lenin y el presidente Mao, tachándoles de terroristas y genocidas. Hoy, el nuevo revisionismo, ha centrado sus ataques en el presidente Gonzalo, y lo que él representa: ser el más grande marxista-leninista-maoísta viviente sobre la faz de la Tierra, endilgándole también los epítetos de terrorista; al mismo tiempo, arremete contra el pensamiento Gonzalo, repicando la vieja y revisionista tesis del “culto a la personalidad”, como si el pensamiento Gonzalo fuera fruto de inspiraciones o revelaciones de un individuo y no como resultado de la practica y el derrotero histórico del Partido Comunista del Perú, de la lucha de clases en el Perú y a nivel internacional, la cual se refleja en la lucha de dos líneas dentro del Partido y fundamentalmente de la lucha contra el revisionismo aplastándolo antes de que saque cabeza dentro del Partido, en la dirección del Partido. Estos miserables revisionistas lo que realmente niegan es la dirección proletaria del Partido Comunista y de la revolución. El nuevo revisionismo y su principal representante Bob Avakian, emana por todos sus poros un desprecio absoluto por el proletariado y los pueblos del Tercer Mundo. Los protagonistas de su “revolución”, ahora, para estos traficantes, deben de ser los burgueses cultos, los filántropos; dejando de lado las “rudas” pasiones del proletariado, para ampliar la “revolución” a círculos de las clases “cultas” y pudientes. El nuevo revisionismo es el que afirmó (y volvería a refrendarlo, si se le presenta la ocasión para cualquier otro país) que Nepal iba a ser la “nueva Suiza”, un país “civilizado y próspero” a imagen del “sueño” del buen burgués imperialista. ¡Menudas pamplinas! ¡He allí las consecuencias! Vendieron la preciosa sangre de su pueblo, de los mejores hijos del proletariado y de la clase, para auparse en la poltrona parlamentaria, en el circo burgués, y arrastraron, entre piruetas semánticas y argumentos marrulleros, a una guerra popular a la rendición incondicional, a la sujeción absoluta de las condiciones del imperialismo y la reacción. Sobre la guerra popular el nuevo revisionismo repica los mismos argumentos del XX Congreso revisionista del PCUS; en concreto, dice que la guerra popular sólo debe ser un arma usada como “legítima defensa”, impuesta por la resistencia agresiva y sistemática contra reclamaciones, dentro del marco burgués, como “derechos humanos”, “democracia”, “justicia social” o “inclusión social”. Para estos viles trapaceros la lucha de dos líneas en el seno del Movimiento Comunista Internacional (MCI), debe de ser sustituida por el consenso y los “buenos modales”: así es como quieren mellar el filo revolucionario del proletariado, quieren convertir la unión de los comunistas del mundo en un club, en un grupúsculo negro, de mafiosos unidos por el interés canalla de sus sucios pellejos, en un conjunto de transacciones y chalaneos que apunten a “mejorar” su posición personal y refuercen sus mezquinos feudos. En resumen, la mayor parte de la llamada “izquierda” hoy, está formada por un montón de basura, de organizaciones burguesas o pequeño burguesas, adaptadas a los planes del imperialismo, que difunden la propaganda del imperialismo: democracia burguesa, “derechos humanos”, bonitas palabras de “libertad”, etc. Es decisivo para el imperialismo desarmar y socavar al maoísmo, y por eso trabajan para neutralizar y degenerar los partidos maoístas. Ese es el caso patente y patético de Nepal, del PCR de USA, etc. Avakian representa toda esta degeneración, representa el temor de la pequeña burguesía frente al movimiento proletario. Por eso propone un marxismo “civilizado”, moderado, sin sentimientos, un marxismo que no es “nuestra fe” como dice Mariategui, sino una “ciencia pura”, fría y “objetiva”. Un “marxismo” sin carácter de clase proletario, un marxismo de los intelectuales burgueses “izquierdistas”. Y los imperialistas saben que con tal “marxismo” no se va a construir ningún ejército revolucionario, no se va a movilizar las masas por la revolución. El revisionismo ha estado a la búsqueda de querer sistematizar una teoría para refrendar sus tesis de capitulación y de “acuerdos de paz”. Avakian se ha constituido en su más claro forjador y representante. En él se pueden observar las consecuencias de la degeneración ideológica, y, como él, de todos aquellos intelectualoides, sabios de escritorio, que han parido especulaciones rebuscadas con el único fin de erigirse como grotescos “guías” de la claudicación de la clase. Avakian y los demás podridos héroes del filisteísmo son engendrados, amamantados y promocionados por el imperialismo y la reacción mundial. Todos estos engendros deformes y arteros, (sirvientes, palafreneros y gañanes que el imperialismo requiere) son los infames defensores del no inicio de la lucha armada, la no forja de un partido marxista-leninista-maoísta, militarizado, del cretinismo parlamentario y de la resignación, de la rendición en toda regla ante los aberrantes y viles dictámenes del sistema capitalista. Ya podrán multiplicarse como hongos venenosos los grupillos negros que converjan con toda la recua de miserables traidores de la clase, del proletariado y de la revolución, que siempre estará la presencia clara y contundente del Comité Central del PCP, dirección forjada en la fragua del la guerra popular, fracción roja del MCI, para aplastar todos esos cantos de sirena, todas esas estratagemas del nuevo revisionismo, de la reacción y del imperialismo. Parafraseando al gran Lenin podemos decir de todos aquellos grupúsculos y grupillos negros disfrazados de maoístas: ¡Qué bramidos lanzarían los cabecillas del “marxismo” falsificado para uso de oportunistas! ¡Que bramen cuanto quieran, la burguesía les elogiará por ello!
¿Cómo barrer al revisionismo? ¿Cómo aplastar al imperialismo y a la reacción mundial? Repetimos: en síntesis, lo concreto es que la lucha por el maoísmo es la lucha por la dirección proletaria, porque es el maoísmo, el marxismo de hoy, la ideología que enarbola, defiende los principios del proletariado, tal y como fueron establecidos en la partida de nacimiento del movimiento comunista, en el Manifiesto, y los aplica a las condiciones de hoy: necesidad de un Partido Comunista marxista-leninista-maoísta, militarizado, hecho para formar y dirigir el ejército rojo y el Frente único y tomar el poder con guerra popular, establecer la dictadura del proletariado y construir el socialismo para, junto al proletariado internacional, las naciones oprimidas y los pueblos del mundo, a través de revoluciones culturales, proseguir la marcha de la humanidad hacia su meta final, el comunismo. ¡VIVA EL DÍA DEL PROLETARIO! Movimiento Popular Perú |