¡Proletarios de todos los países, uníos! ¡VIVA EL NATALICIO DEL PRESIDENTE MAO TSE-TUNG!
El Presidente Mao nació en la aldea de Shaoshan en la región de Xiangtang, provincia de Hunan, un 26 de diciembre de 1893, en el seno de una familia campesina acomodada. Intervino en la revolución de 1911 y como estudiante universitario en el Movimiento del Cuatro de Mayo en 1919. En 1921 participó en el I Congreso del Partido Comunista de China. En 1926 escribe Análisis de las clases en la sociedad China (1926) y el Informe sobre una investigación del movimiento campesino de Hunan (1927). Dentro del Partido Comunista de China combatirá tanto el oportunismo de izquierda como el de derecha: La primera línea oportunista de izquierda (LOI) se expresó dentro del CC entre 1927-28. Tras la inflexión de 1927 esta primera LOI pretendió que la revolución se encontraba en un ascenso ininterrumpido y exigía la continuación de la ofensiva de las fuerzas revolucionarias a pesar de los duros golpes que recibió el Partido a manos del Kuomintang. La segunda LOI, encabezada por Li Li-san, se opuso a la creación de bases de apoyo en el campo y de cercar las ciudades desde el campo, proponiendo la toma de las grandes ciudades. En contra de las posiciones del Presidente Mao en la IV Sesión Plenaria del PCCh, celebrada en enero de 1931, se impuso la LOI de Wang Ming, durante el periodo de la Revolución Agraria (1927-1937). Sin entender las características de la sociedad china semicolonial y semifeudal, ni a la revolución democrática burguesa china que era en esencia una revolución campesina dirigida por el proletariado, ni al carácter prolongado de la revolución, menospreció la importancia de la lucha militar, principalmente de la lucha guerrillera y las bases de apoyo rurales, consideró como enemigo a la burguesía nacional, se opuso a la realización del frente único que incluyera a la pequeña burguesía y a la burguesía nacional anti-imperialista, y exigió al Ejército Rojo la toma de las ciudades. Esta política causó enormes pérdidas al Ejército Rojo que derrotado perdió la iniciativa, comenzando la «Larga Marcha» en 1934. Las consecuencias de la aplicación de la línea de Wang Ming para el Partido y la revolución fueron la pérdida de un 90 por ciento de los efectivos el Ejército Rojo y del territorio. En enero de 1935, reunido el Politburó del Partido, la línea roja, con el Presidente Mao a la cabeza toma la dirección del Partido aplastando el oportunismo. Cuando el frente único se plasmó en la realidad la lucha principal se dio contra el oportunismo de derecha que se oponía a la dirección proletaria de la revolución, conciliando con el Kuomintang, que se oponía a la independencia del proletariado y su Partido dentro del frente, la entrega del Ejército Rojo al Kuomintang. En esencia se oponía a la dirección proletaria de la revolución. En 1949, el PCCh dirigido por el Presidente Mao toma el Poder. Tras la instauración de la República popular China el Presidente Mao combatirá el revisionismo de Liu-Teng, Lin Piao y a nivel internacional le corresponde el primer lugar en la lucha contra el revisionismo soviético y otros como los de Tito y Togliatti. En el Siglo XX el proletariado tuvo tres gigantescos triunfos; dos corresponden al Presidente Mao y si uno es suficiente gloria, dos lo son más: La otra es la Gran Revolución Cultural Proletaria (GRCP). Es precisamente ésta la que golpea en la médula del revisionismo y de los capituladores. La actual situación mundial, dentro de la ofensiva estratégica de la revolución proletaria mundial, corrobora que por el lado del imperialismo, éste es un “tigre de papel” y continúa profundizando su crisis, mientras por el lado del pueblo, los pueblos se levantan en todo el mundo luchando contra el imperialismo y la reacción. Los chupasangres imperialistas están llevando a cabo un nuevo reparto del mundo interviniendo directamente y usando a otros. El imperialismo se derrumbará en medio de guerras y vemos guerras civiles creadas por el imperialismo, principalmente la superpotencia hegemónica yanqui, para posicionarse. En la lucha del pueblo kurdo y en otros lugares se expresa el justo odio contra la explotación imperialista, se expresa la disposición de las masas de levantarse en armas y barrer de la faz de la tierra al imperialismo y la reacción. Pero mientras no haya dirección proletaria estas luchas abren la puerta para ser utilizadas por una u otra potencia o superpotencia imperialista como fichas de ajedrez en el reparto del mundo que se está dando. El imperialismo trata de centrar en el Estado Islámico, Al Qaeda, etc., engendros montados por la superpotencia hegemónica yanqui para defender su hegemonía, corresponde a los comunistas centrar en la revolución, en la guerra popular mundial. Constituir o reconstituir Partidos Comunistas militarizados para iniciar guerra popular. Destruir el viejo Estado y construir al mismo tiempo el Nuevo Poder. Corresponde combatir al revisionismo de nuevo cuño, con membrete de maoísta, y al viejo revisionismo. La guerra popular mundial sólo puede avanzar combatiendo y aplastando sus posiciones revisionistas y combatir las convergencias que se dan en nuestras filas. En este contexto internacional de crisis general y última del imperialismo de, agudización de las contradicciones interimperialistas y de levantamiento de los pueblos en todo el mundo, puntos medulares para poder avanzar en la unidad del MCI son:
Tener claro que los imperialistas no sólo plantean repartirse el mundo sino que lo están haciendo. Las contradicciones interimperialistas se han agudizado, corresponde a los Partidos Comunistas del mundo sentar su posición y actuar. En este contexto, tener claro que la revolución democrática en China, como paso previo para pasar de forma inmediata a la revolución socialista, es un paradigma, un prototipo de revolución que va contra el imperialismo, la feudalidad y el capitalismo burocrático. Sacamos lección y nos reafirmamos en lo que el Partido Comunista del Perú ha enarbolado, defendido y, sobre todo, aplicado: La revolución democrática lleva inevitablemente a la segunda revolución. Así, la revolución China nos lleva a tomar la revolución democrática como etapa en la que ya se cumplen algunos objetivos de la revolución socialista en su continuación ininterrumpida hacia la revolución socialista. El Presidente Mao nos enseña que la revolución socialista es continuación de la revolución democrática; y más aún que, como revolución cultural, es la continuación de la revolución bajo la dictadura del proletariado sostenida en ejército popular capaz de defender el Nuevo Estado basado en inmensas masas; nos ha hecho ver con mucha claridad que a la revolución se le plantea la construcción del socialismo, que su construcción es sumamente compleja y demanda largo tiempo; más aún, el Presidente Mao nos dijo que aún nosotros los comunistas no habíamos logrado una comprensión cabal y completa de las leyes del socialismo y que eso requería largo tiempo. Nos dijo que implica aguda y violenta lucha de clases, que son dos caminos que se enfrentan: el camino capitalista y el camino socialista y, que no está definido quien vencerá a quien; claro está que él nunca puso en duda que el socialismo vencería en perspectiva, lo que nos hacía ver era la aguda lucha de clases por la dictadura del proletariado, en concreto. Nos enseñó que el socialismo demanda apoyarse en inmensas masas:
Nos enseñó que hay que apoyarse en el campesinado, en el proletariado, en el pueblo, para generar nuevas modalidades, para no repetir los viejos caminos capitalistas, derrumbados por la revolución y que desenrumbarían el camino socialista; más, que el socialismo habría de generar formas nuevas. Dejó bien establecido que la lucha de clases continúa y se agudiza, que el centro de la contienda es por la dictadura del proletariado apoyada en inmensas masas. Pero sobre todo, la revolución china ha demostrado la necesidad de la Revolución Cultural, que la revolución demandaba denodada lucha pero que era necesaria, para continuar, la revolución bajo la dictadura del proletariado. Obviamente, la Gran Revolución Cultural Proletaria es un canto épico de la revolución en el mundo, un hito de victoria para los comunistas y revolucionarlos en el mundo, es un hecho imborrable. Si bien ha de ser un proceso al que hemos de afrontar, esa revolución nos ha dejado grandes lecciones que ya aplicamos como, a guisa de ejemplo, la cuestión de aferrarse a la ideología como fundamental para que la clase tome el Poder. Tener claro que la revolución china nos ha mostrado cómo la revolución se da dentro de un proceso de restauración y contrarrestauración. Ninguna clase toma el Poder de una solo vez sino que se presenta la restauración; por tanto, debe bregarse denodadamente por contrarrestaurar, hasta que, finalmente la clase se afinque en el Poder en definitiva. En este camino el proletariado atravesó el mayor trecho. Así, la revolución china nos llama a aplicar sobre la revolución democrática (en los países coloniales, semicoloniales y semifeudales), la revolución socialista, la Gran Revolución Cultural Proletaria. Entender la restauración y contrarrestauración, como dijera Marx, como la marcha fragorosa de la clase para entrar al comunismo ejerciendo la dictadura del proletariado. Hoy más que nunca enarbolar que el comunismo es la realidad futura a la cual marchamos inconteniblemente; hacia nuestra meta final. Pero tenemos que pasar etapas y procesos muy duros y cada etapa encierra problemas nuevos, más difíciles, pero los comunistas tenemos la fuerza necesaria para vencerlos partiendo de contar con la más poderosa ideología. Nos reafirmamos, pues, en que ésa es la meta necesaria de los comunistas a la cual la clase, el proletariado, ha de llegar por más dificultades que tenga que atravesar. Los problemas que vemos hoy en día, no niegan esa meta, no hacen sino mostrar el largo y complejo proceso de la marcha al comunismo. Por eso, ahora más que nunca, debemos tener claro que:
(Sobre campaña de rectificación con ‘¡Elecciones, no! ¡Guerra Popular, sí!’, PCP, 1991) ¡VIVA LA GRAN REVOLUCIÓN CULTURAL PROLETARIA! Movimiento Popular Perú |