¡Proletarios de todos los países, uníos! ¡VIVA EL NATALICIO DEL PRESIDENTE MAO TSE-TUNG!
De los tres grandes hitos históricos del siglo XX: la Revolución de Octubre de la cual celebramos este año su centenario (1917), el triunfo de la Revolución China (1949), y la Gran Revolución Cultural Proletaria (1966-1976), aplicación en la practica de la teoría de la continuación de la revolución bajo la dictadura del proletariado el Presidente Mao dirige dos de estos tres gloriosos sucesos para el proletariado, el triunfo de la Revolución China y la Gran Revolución Cultural Proletaria. La Revolución China La revolución china dirigida por el Presidente Mao se desarrolla sobre la base económica del imperialismo, “fase superior y última del capitalismo”, entre guerras mundiales, movimiento proletario internacional, movimiento de liberación nacional, lucha a muerte contra el revisionismo y restauración del capitalismo en la URSS. Ha sido con una persistente y firme lucha de dos líneas como se ha forjado la ideología del proletariado: marxismo-leninismo-maoísmo como tercera, nueva y superior etapa del marxismo. La Revolución China dirigida por el Presidente Mao es una revolución trascendental para la humanidad por varias razones: por la inmensa movilización de masas, cientos de millones de obreros y campesinos participaron dirigidos por el partido comunista en la revolución, porque con la toma cabal del Poder se convirtió en prototipo para las revoluciones de nueva democracia, cuyos blancos son el imperialismo, la semifeudalidad y el capitalismo burocrático, revolución que es el derrocamiento de una clase por otra con violencia, con guerra popular prolongada y porque la GRCP, como continuación de la revolución bajo la dictadura del proletariado, resolvió la cuestión pendiente de la revolución en condiciones de dictadura del proletariado. La revolución democrática prepara las condiciones del paso al socialismo, de tal forma que una vez concluida se pasa de forma inmediata a la revolución socialista, sin etapas intermedias, ni “consolidación” de la nueva democracia, por tanto, hay que entender la revolución socialista como continuación de la revolución de nueva democracia en los países coloniales y semicoloniales, y la GRCP, como continuación de la revolución en la sociedad socialista. Sobre el frente y la revolución de nueva democracia el Presidente Mao especifica que: “la burguesía nacional puede, en ciertos periodos y hasta cierto punto, participar en la lucha contra el imperialismo y los caudillos militares feudales. Por ello, en tales periodos, el proletariado debe establecer un frente único con la burguesía nacional y mantenerlo hasta donde sea posible”, “el firme aliado del proletariado es el campesinado”, “la burguesía urbana es asimismo un aliado digno de confianza”, y que una vez derribadas la clase terrateniente y la burguesía burocrática, la contradicción entre la clase obrera y la burguesía nacional pasa a ser “la contradicción principal en el orden interno”. La Gran Revolución Cultural Proletaria es el desarrollo más trascendental del Presidente Mao. El Presidente Mao señala: “La sociedad socialista cubre una larga etapa histórica. Durante la etapa histórica del socialismo, aún existen clases, contradicciones de clase y lucha de clases; existe la lucha entre el camino socialista y el capitalista, y existe el peligro de restauración del capitalismo”. La Gran Revolución Cultural Proletaria es la solución al problema de la continuación de la revolución bajo la dictadura del proletariado: “La presente Gran Revolución Cultural Proletaria es completamente necesaria para consolidar la dictadura del proletariado, prevenir la restauración del capitalismo y construir el socialismo” (Presidente Mao). La revolución china nos enseña que hay que apoyarse en las grandes masas, que las masas hacen la historia dirigidas por el Partido Comunista, que no hay revolución sin un combate despiadado contra el revisionismo y los seguidores de la vía capitalista, que el vórtice de la lucha de clases se da dentro del Partido en su Comité Central y, en definitiva, que lo fundamental del maoísmo es el Poder. La revolución mundial La cuenta regresiva para el hundimiento final del imperialismo se inició en la década de los 60 y comprende el ciclo de 50 a 100 años que estamos viviendo, en donde llegará, tras todo un conjunto de sucesivas conmociones, la debacle definitiva del imperialismo. Nos encontramos, por tanto, dentro de la ofensiva estratégica de la revolución proletaria mundial. La crisis general del imperialismo y las luchas de los pueblos muestran las acertadas tesis del Presidente Mao: que el “imperialismo es un tigre de papel” y el “este es rojo”, que ilustran tanto la descomposición del imperialismo como la fortaleza de la revolución, siendo la tendencia principal. En la presente situación mundial los pueblos se levantan y luchan en todo el mundo contra el imperialismo y la reacción, siendo las guerras populares y luchas de liberación nacional bajo la bandera del maoísmo las formas más altas de estas luchas y la guerra popular en el Perú dirigida por el PCP y su CC, el faro y guía de la revolución proletaria mundial. Por el lado del imperialismo, dentro de su crisis final y tratando vanamente de salir de ésta, las superpotencias y potencias imperialistas están llevando a cabo un nuevo reparto del mundo a la vez que tratan de contener la revolución fomentando el revisionismo y el fascismo. Hoy las superpotencias china y rusa, que vienen de la restauración capitalista, contienden con la superpotencia yanqui por ser los nuevos gendarmes del mundo. Es fundamental aplicar la correcta tesis del Presidente Mao de que tres mundos se delinean, frente a la teoría reaccionaria de Deng de alianza con el imperialismo. Hoy, los tres enemigos principales de los pueblos del mundo son las tres superpotencias que contienden por la hegemonía (EE.UU, China y Rusia), en los países coloniales o semicoloniales cada revolución debe especificar cuál es su enemigo principal a la vez que cierra la puerta a la entrada de otras superpotencias o potencias imperialistas. En los países imperialistas el enemigo principal de la revolución es la propia burguesía imperialista. El segundo mundo son las potencias imperialistas no superpotencias, que tratan de aprovechar la contienda entre las superpotencias para llegar a ser nuevas superpotencias, a la vez que desatan guerras imperialistas. El tercer mundo está compuesto por las naciones oprimidas de Asia, África y América Latina donde se desenvuelve un capitalismo burocrático y se encuentran sujetas a una superpotencia o potencia imperialista. Dentro de este nuevo reparto del mundo que se está dando, el imperialismo necesita del fascismo. Fomentando ideas reaccionarias como la superioridad de raza, de cultura, civilización etc., trata de movilizar a las masas de los países imperialistas en apoyo de la guerra de reparto. Interviene en el tercer mundo presentando cuestiones “por encima de las clases”, como el cambio climático, género o el peligro de guerra nuclear. El fascismo no es un problema sólo de represión, necesitan movilizar a las masas a favor de la guerra imperialista, es una necesidad dentro de la contienda interimperialista dentro de la crisis final de este podrido sistema. A la par, para impedir que los pueblos de los países oprimidos desarrollen guerras de liberación nacional dirigidas por el proletariado a través de su Partido Comunista, marxista-leninista-maoísta, principalmente maoísta, y se unan a nivel mundial, confluyendo en una guerra popular mundial que entierre al imperialismo, el imperialismo levanta el revisionismo, viejo y nuevo con membrete de “maoísta”. Las superpotencias y potencias imperialistas necesitan de una quinta columna con apariencia revolucionaria para desviar la revolución de su meta y poner a las masas detrás de los planes del imperialismo y la reacción. Como ejemplo, la superpotencia yanqui, con la declaración de Trump sobre Jerusalén, muestra cómo trata de posicionarse en Medio Oriente por las armas y fomentando el sionismo y su ideario reaccionario de “democracia burguesa” y “superioridad” racial y religiosa sobre el pueblo palestino, un ataque más al pueblo palestino con la complicidad del revisionismo. Ver el papel de Öcalan, que obrando como lacayo de la superpotencia yanqui se ha convertido en brazo armado del imperialismo, al mismo tiempo que difunde las ideas reaccionarias de “civilización superior” y “democracia occidental”, que son precisamente utilizadas como pretexto ante las masas de los países imperialistas para la agresión imperialista en Medio Oriente y para este nuevo ataque al pueblo palestino. También en Filipinas de forma abierta José María Sisón propone una alianza con el imperialismo, con la superpotencia china, y lleva años negociando con el Estado reaccionario por un lugar dentro del mismo para algunos dirigentes seguidores de la vía capitalista, negociaciones que se remontan al año 1986. Por tanto, vemos como los revisionistas tratan de desviar las luchas de las masas al servicio de una u otra superpotencia o potencia imperialista, siguiendo las tesis combatidas por el Presidente Mao: “transición pacífica” y el “imperialismo es fuerte”. Todo esto con la complicidad y apoyo de partidos y organizaciones revisionistas de Europa, algunas con membrete de “maoísta” y de los dirigentes revisionistas enquistados dentro de las direcciones de los partidos maoístas del tercer mundo. Por tanto, en este momento de crisis general y última del imperialismo, de agudización de todas las contradicciones, de levantamiento de todos los pueblos del mundo, de guerra imperialista, genocidio y fascismo, es necesario que la izquierda de los Partidos Comunistas que dirigen luchas armadas asuma su responsabilidad. A los Partidos Comunistas les corresponde iniciar y desarrollar guerra popular desarrollando campañas de rectificación en todos los países, imperialistas y oprimidos, combatir el revisionismo como enemigo principal, combatir los “procesos de paz” fomentados por los imperialistas, apuntar a lo más alto del maoísmo, la Gran Revolución Cultural Proletaria y atreverse a pasar el río de sangre del genocidio y del fascismo para avanzar en la unidad del MCI y oponer a la guerra imperialista, la guerra popular mundial. ¡VIVA LA GRAN REVOLUCIÓN CULTURAL PROLETARIA! Movimiento Popular Perú |